El informe fue presentado esta semana en Cancún, en una Conferencia del Clima que brillará con luz propia en el Museo de las Oportunidades Menguantes. Las expectativas se han ido reduciendo de tal manera que lo que hace sólo dos años parecía intolerable se acepta hoy con un pragmatismo que escandalizaría al mismísimo Kissinger.
Muchos ven en este gráfico una especie de traductor universal Google del estado de las negociaciones (refleja el caso británico, así que multipliquen la brecha por cuatro en el caso de España y similares):
Es probable... pero profundamente miope. En realidad, no hay modo de representar las variables económicas, sociales y políticas del próximo siglo con independencia de las medioambientales. Cuanto antes nos demos cuenta antes dejaremos de perder el tiempo y centraremos las negociaciones en lo que sí es posible salvar antes de llegar al pacto global.
Mientras tanto, vayan preparando las maletas.
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