jueves, 29 de julio de 2010

Me voy de vacaciones con mi mamá. Les dejo con unos libros para la playa.

Así es, sufridos lectores. Y nada menos que todo el mes de agosto, como los clásicos. Procuraré seguir escribiendo de vez en cuando, pero sólo de vez en cuando.

Y para que no se me aburran, les dejo con algunas propuestas de lectura que quizás les interesen. Todas tocan de algún modo los temas de este blog, pero, a diferencia de lo que yo escribo, todas constituyen una lectura fascinante. Perdonen si repito alguna de las recomendaciones que he hecho en otras ocasiones:

- ¿Se han preguntado alguna vez por qué unas civilizaciones han prosperado y otras no? Jared Diamond escribió hace algún tiempo una impresionante historia del desarrollo en los últimos 13.000 años. Armas, gérmens y acero es una pieza única que habla de geografía, de abusos y de mala suerte.

- No lo he leído todavía, pero dos buenos amigos de opiniones más que fiables me regalaron la novela La primera agencia de mujeres detectives de Botswana, de Alexander McCall Smith. Mi mujer lo pasó pipa con este pequeño libro que, al parecer, es el primero de una serie igualmente entretenida.

- Cómo he disfrutado este invierno las Historias y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, de Álvaro Mutis, y la biografía de García Márquez que publicó recientemente Gerald Martin... De forma diferente, ambas te atrapan en la historia reciente de América Latina. La de Martin, en particular, es una hoja de ruta de la política y la literatura del continente en los últimos sesenta años.

- Se lo comentaba hace unos días: todo lo que ha publicado Michela Wrong merece ser leido. El mejor de sus libros, para mí, es No lo hice por ti. También les recomendé hace tiempo El fantasma del Rey Leopoldo, donde Adam Hoschild describe el tiempo en el que Congo constituyó la propiedad privada del  monarca belga. Les aseguro que adquiere el pulso y el interés de la mejor novela negra. (Por cierto que me topé el otro día con un vídeo largo en el que el autor charla sobre su libro; un personaje peculiar.)

- Finalmente, no dejen de leer El antropólogo inocente, un relato absolutamente desternillante sobre las experiencias del antropólogo británico Nigel Barley en el norte de Camerún. Lo disfrutarán de principio a fin.

Si alguno tiene tiempo y ganas, que comparta en esta página o en la Facebook sus propias sugerencias. Es mi modo de decirles que les quiero.

Lo dicho: que descansen mucho los que se tomen vacaciones ahora. Para los del hemisferio sur, mucho ánimo que enero ya a está a la vuelta de la esquina.

miércoles, 28 de julio de 2010

Dios y la pobreza se topan con la econometría



Si el Concilio de Nicea hubiese tenido lugar en estos días, no me cabe duda de que las discusiones acerca de la divinidad de Jesucristo hubiesen quedado en una charla de cafetería en comparación con el verdadero dilema de nuestro tiempo: cómo medir la pobreza. Lo crean o no, existe una casta de profesionales del desarrollo (economistas en su mayoría) que dedican buena parte de su existencia a este asunto, en interminables disquisiciones que, si no tienen un carácter teológico, se acercan mucho (de hecho, la econometría es lo más parecido a la fe que he encontrado en el campo científico).

Y aún así, el asunto es importante; a qué negarlo. Y como es obligación de este servidor de ustedes difundir la palabra de los expertos, les sugiero que le echen un vistazo a las dos últimas entradas del blog de Duncan Green. En ellas encontrarán una descripción detallada del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), un nuevo indicador que mide la miseria y el desamparo a través de diez variables de salud, educación y estándares de vida (esto último incluye cosas como el acceso a agua potable). 

Se trata -ya se habrán dado cuenta los lectores empollones- de una versión sofisticada del Índice de Desarrollo Humano del PNUD, que era a su vez una sofisticación de los básicos indicadores de ingreso que fueron el único norte y guía hasta los años 90.

De acuerdo al IPM, el número de quienes viven en la miseria es 400 millones más grande de lo que calcula el Banco Mundial con su índice de ingreso per capita (menos de 1,25 dólares al día). El asunto no es baladí, si consideramos que algunos presupuestos públicos dependen en gran medida de la ayuda que reciban por su posición en estas listas. De acuerdo con gráfico adjunto, que Duncan reproduce en su blog, más de un ministro de economía dormirá con dificultades esta noche. (La verdad es que las diferencias entre un criterio y el otro en países como Uzbekistán, Marruecos o Etiopía deberían hacernos pensar a todos.)



Pero, como en las buenas novelas de espías, nada es lo que parece. O al menos eso sugiere el investigador jefe del Banco Mundial, Martin Ravallion. Con la garra y el entusiasmo de un jesuita contrarreformista, Ravallion disputa en una entrada al mismo blog las ventajas del IPM con respecto a indicadores más clásicos. Les voy a ahorrar los electrizantes detalles de su posición, que pueden encontrar aquí, pero sepan que ya se anuncia una respuesta de los creadores del IPM, en un combate entre econometras que ríase usted de King Kong y Gozzila. Lo de siempre: si van a conducir o a manejar maquinaria pesada, mucho ojo.

martes, 27 de julio de 2010

Recuerdos de Copenhague; The good, old-fashioned periodism; No matarás (aunque construyas escuelas y hospitales); Miradas de Internacional: vínculos que me gustaron

- Quizás alguno de ustedes recuerde que hubo un tiempo en el que el calentamiento global era considerado por nuestros gobiernos un problema. Los más mayores podrán incluso rememorar la Conferencia del Clima en Copenhague, allá por 2009. Pues bien: para ustedes, nostálgicos y carrozas, vayan esta pieza de Mathew Lockwood en la que resume dónde estamos y qué opciones tenemos. Su blog, Political Climate, es un 'must' para los frikies del cambio climático.

- Me he ido aficionando a la página de Project Syndicate, un foro en el que analistas de todo pelaje publican sus artículos de opinión (que luego aparecen en la prensa tradicional y digital). Si, como yo, padecen ese inconfesable vicio de leer el periódico como quien lee su propio obituario, disfrutarán de sus contenidos. No esperen encontrar radicales anti-sistema -de esos que hoy lucen calva y melena-, pero sí algunos observadores lúcidos como Dani Rodrik, Jeffrey Sachs, Shlomo Ben-Ami, Peter Singer o Joseph Nye.

- Siempre he considerado que la democracia y el buen gobierno son tan imprescindibles para el desarrollo como el crecimiento económico y la redistribución de la riqueza. En estos pagos, la organización que viene siempre a la cabeza es Transparencia Internacional (y por buenas razones). Pero quizás les interese conocer también el trabajo de Global Integrity, fundada hace pocos años por el periodista estadounidense Charles Lewis. Lo más atractivo de su descripción: "somos una agencia de investigación, a medio camino entre la academia y el periodismo". Su trabajo da buena fe de ello.

- Finalmente, me gustaría llamar su atención sobre un proyecto muy poco común: la página Miradas de Internacional. Se trata de de un blog colectivo en el que varios analistas ofrecen piezas breves sobre política internacional. Lo llamativo del asunto no es que se hayan organizado para cubrir todo tipo de temas y regiones, o que publiquen con una regularidad envidiable y un estilo sobrio y directo. Lo que llama la atención es que la mayor parte de los autores son estudiantes o licenciados muy recientes. Qué quieren que les diga... resulta muy esperanzador.

domingo, 25 de julio de 2010

¿Billones de dólares en ayuda?

Del blog de Owen Barder:
A los escépticos de la ayuda les gusta decir que Occidente se ha gastado billones de dólares en ayuda a África desde la independencia de ésta. Como ejemplo, se puede ver el artículo de Dembisa Moyo en el Wall Street Journal o en The Catholic Herald. Bill Easterly utiliza el mismo argumento en la página 4 de La carga del hombre blanco. Es un argumento que se escucha a menudo en boca de quienes opinan que la ayuda no funciona.
Y aunque se trata de un argumento utilizado a menudo, en realidad es falso. De acuerdo con las estadísticas del CAD de la OCDE, desde que la ayuda comenzara en los años 60 los donantes han destinado a África un total de 502.000 millones de dólares, que vienen a ser unos 866.000 millones en dólares de hoy. (...)
Esto no son billones de dólares. Ni siquiera es un billón de dólares.
Los países del G20, en toda la historia de la ayuda, han destinado a África menos dinero del que se han gastado en el estímulo fiscal de 2009.
Urge que Owen hable cuanto antes con la CEOE.

viernes, 23 de julio de 2010

Silvio en Nueva York

Leo la espléndida crónica que publica hoy Gonzalo Sánchez-Terán en FronteraD sobre el histórico concierto de Silvio Rodríguez en el Carnegie Hall de Nueva York. Amigos de Cuba, de la poesía y del sentido común: no se la pierdan.

jueves, 22 de julio de 2010

¿Qué ganan los países pobres con la reforma financiera del Presidente Obama?

Si todo sale como prevén sus impulsores, la reforma legislativa aprobada por el Presidente Obama esta semana contribuirá a reducir el tipo de piruetas bursátiles que están en el origen de esta crisis económica. Para el mundo en desarrollo -que paga nuestros catarros financieros con purgas de empleos, exportaciones y ayuda- sólo este logro debería constituir una buena noticia (si Dios y los bancos centrales no lo remedian, cerca de 100 millones de personas se unirán este año al club de quienes viven en la pobreza extrema, y muchos otros verán su margen de maniobra reducido a cero).

Pero la nueva ofensiva legislativa de la Administración Obama trae otra buena noticia para el desarrollo, una menos evidente: gracias a la iniciativa de dos congresistas demócratas y uno republicano, la nueva ley exige que todas las compañías del sector extractivo (gas, petróleo y minería) registradas en los EEUU declaren con pelos y señales los impuestos que pagan y los ingresos que obtienen en cada uno de los países en los que operan. Esta medida es una vieja reclamación de ONG como Global Witness, que aboga por una mayor transparencia y control como vacuna contra la llamada maldición de los recursos (el camino más rápido hacia la pobreza y la guerra es descubir diamantes o petróleo en tu patio trasero; en este documento encontrarán una explicación didáctica e inteligente del asunto).

No es la única perla de la ley. Los legisladores también han aceptado incorporar disposiciones específicas relativas al conflicto de la República Democrática del Congo (ése que según el ponente de la conferencia de Progreso Africano ya no existe, pero que por ahora se ha cobrado cerca de 6 millones de vidas y en el que la extracción de recursos minerales parece ser determinante). En concreto, la ley exige que aquellas compañías que utilicen componentes como el coltán en la fabricación de sus productos declaren a las autoridades si aquéllos han sido adquiridos en la RDC o en países colindantes.

La medida afecta de modo directo a los fabricantes de tecnología como teléfonos móviles u ordenadores. Precisamente los mismos que habían sido denunciados por la campaña Enough, que airea genocidios y otros crímenes contra la Humanidad menos a la moda. No se pierdan este vídeo de un minuto y medio en el que un Mac y un PC encuentran sus similitudes, ni este otro en el que se explica de forma clara y contundente la vinculación entre los conflictos y las industrias extractivas.

miércoles, 21 de julio de 2010

Coda a la entrada de ayer

Zapatero fue el último en intervenir, y lo hizo dejando a un lado los papeles que le habían preparado. Describió el desembarco de la diplomacia y la cooperación de España en África como "la madurez de nuestra visión internacional": "España ya está en África". Como en sus primeros años en el poder habló de pobreza, de Objetivos del Milenio y de las posibilidades del comercio internacional. Se ilusionó pensando en la cumbre de la ONU de septiembre y en el esfuerzo que debe ser reclamado a los países donantes y a las instituciones financieras.

No creo que sea una exageración. Más allá de cualquier otra consideración (y se deben hacer muchas), el hecho es que el esfuerzo de sus gobiernos por situar a la región subsahariana en el mapa político y anímico de España no tiene precedentes. Zapatero está orgulloso de este paso y se le nota.

Pero durante toda su intervención tuve la impresión de que no nos hablaba a nosotros, sino que hablaba para sí mismo. Como si al pronunciar su discurso sobre ricos y pobres ahuyentase los fantasmas de la 'realpolitik' y las medidas que no ha sabido o no ha querido evitar. Parecía cansado, desde luego, pero transmitía una sensación de derrota mucho más profunda: la certeza de que el relato de su Gobierno no será "recordado por la Historia como el tiempo en que España se ocupó de África", sino por tantas otras cosas bastante menos memorables. La tragedia de un político mediocre con una visión razonable del mundo. Uno de tantos.

martes, 20 de julio de 2010

De los líderes africanos progresistas

Asistí ayer a la conferencia de Progreso Africano, organizada por la Fundación Ideas, el PSOE y el ANC sudafricano. Una rara oportunidad para los españoles -mucho más acostumbrados a la presencia de la élite cultural y política de América Latina-, así que vaya por delante mi reconocimiento a la Fundación Ideas. El hecho de que hayan convertido a África en uno de los focos de atención de su análisis e iniciativa es una indudable buena noticia. Que además hayan optado por un diálogo político entre movimientos afines, ajeno a las etiquetas caritativas que acompañan habitualmente al continente africano, es una noticia aún mejor. Tres hurras por Jesús Caldera y su estupendo equipo.

Pero poco más. Al parecer, la de ayer era una oportunidad para presentar en sociedad este trabajo, lo que explica la presencia de cuatro presidentes (incluyendo al de España) y varios líderes de la oposición socialdemócrata en distintos países africanos. Sólo cabe esperar que al menos haya aparecido en prensa, porque la verdad es que el resto de los asistentes nos aburrimos como monas en unas sesiones desgobernadas donde un discurso interminable y manido sucedía al anterior. Si a eso añadimos que varios de las intervenciones corrieron a cargo del Komitern de Internacional del PSOE, podrán imaginarse ustedes el trago por el que pasamos (Chaves, pletórico de africanismo, se despacho diciendo que "África tiene para la política exterior española la misma importancia que Europa". Eso explica unas cuantas cosas, tanto en África como en Bruselas).

Todo fue aburrido menos la comida (donde la lucha entre diplomáticos y ONG por la bandeja de calamares adquirió proporciones épicas) y la última sesión: nada menos que un "Panel de líderes progresistas" en el que participaban los presidentes o ex-presidentes de Tanzania, Cabo Verde, Etiopía y Liberia, además de Rodríguez-Zapatero.

Esa mesa fue memorable.

Pongámoslo de este modo: ustedes saben que lo que escribo en este blog me compromete sólo a mí y no a mi organización, pero incluso en estas circunstancias me resulta imposible hablar abiertamente del país y el presidente 'progresista' que encarcela a sus críticos y opositores de forma sistemática, y que considera a las organizaciones internacionales de derechos humanos una "herramienta de la ortodoxia neoliberal". Si a eso añadimos las felices declaraciones de otro de ellos, que dijo que en África ya no queda más conflicto que el de Somalia (buenas noticias para Darfur, Congo, Uganda o Costa de Marfil); o el llamamiento de un tercero a "enseñarles algunas normas" a esa "prensa anti-sistema de mi país", el circo está completo.

Francamente, yo no estoy seguro de si cumplo el exigente perfil del 'progresista' (aunque sí estoy seguro de que me importa un bledo). Pero creo que las etiquetas ideológicas de ciertos gobiernos e individuos son poco útiles cuando los desafíos son mucho más amplios y fundamentales que el dilema entre conservadores y socialdemócratas. La conferencia de ayer mezcló a dirigentes dignos con otros que no lo son. Bien está que la política exterior obligue a veces a comulgar con ruedas de molino, pero un think-tank independiente y honesto (de izquierdas o de derechas, cercano a un partido o a cualquier organización) debe permitirse ciertos miramientos éticos. A menos que no se trate de un think-tank independiente.

[Nota: ayer se repartió un interesante trabajo de Manuel de la Rocha para la Fundación Ideas acerca del impacto de la crisis en África. No soy capaz de encontrarlo en la red, pero quizás ustedes tengan más suerte.]

lunes, 19 de julio de 2010

Unas notas de cautela sobre Cuba

Un buen amigo cubano me envía unas notas de cautela acerca de la reciente liberación de presos de conciencia que se ha producido en el país. Comparto por completo su escepticismo, así que les resumo sus ideas con algunos aderezos de mi propia cosecha:

  • La liberación tiene una importancia humanitaria indudable, pero sus consecuencias políticas son mucho menos claras. La decisión del Gobierno cubano es un movimiento táctico que responde más a la presión externa e interna (muy particularmente la generada por las huelgas de hambre y las Damas de Blanco) que al convencimiento propio. La noticia no es tanto su liberación como el hecho de que 52 inocentes fuesen condenados a varias décadas de prisión y torturas por el simple hecho de expresar y promover opiniones políticas.
  • La medida pretende también apaciguar otra contestación interna, la que exige mejores condiciones económicas para una sociedad condenada a un interminable período especial. Incluso los inversores extranjeros -capitalistas voraces mimados por el gobierno comunista- se plantean su permanencia en la isla tras los impagos crecientes del Estado. La posibilidad de un estallido social como el de 1994 asusta a la gerontocracia cubana tanto o más que el estallido político.
  • El Gobierno español -con el Ministro Moratinos a la cabeza- ha jugado del lado del Régimen en este asunto, contribuyendo a magnificar las concesiones cubanas. A diferencia de la Iglesia, España debilita con su política la acción de la disidencia cubana dentro y fuera del país, y acepta que la transición política depende únicamente de la voluntad del Estado.
Si lo anterior es cierto, la liberación de los presos de conciencia es una razón para sostener la llamada posición común europea con respecto a Cuba, y no al contrario. La versión tajante y enfadada que propuso el tajante y enfadado Presidente Aznar en 1996 ha sido suavizada en diferentes ocasiones, y hoy constituye un reproche político firme con consecuencias económicas inexistentes (como bien saben nuestros lucrados inversores). Un punto medio necesario entre la intransigencia estadounidense y el apaciguamiento que predica el Gobierno español.

O mi amigo y yo podríamos estar equivocados y éste es el principio de un cambio que se acelerará el día en que Fidel cuelgue el chándal. Ojalá. Mientras tanto, me gustaría que Europa dejase claro en Cuba (y en Guinea y en Etiopía y en China y en Arabia Saudí y...) todo lo que los europeos consideramos importante.

viernes, 16 de julio de 2010

Michela Wrong

Michela Wrong es una periodista sabia e imprescindible, y una verdadera conocedora de África. Su estilo y su carrera se han forjado a base de miles de conversaciones inverosímiles que le han abierto un mundo vedado al cronista de salón y al reportero paracaidista, tan abundantes en el periodismo que cubre los países del Tercer Mundo.


La conocí hace algunos años, cuando Intermón Oxfam publicó su primer libro (Tras los pasos del Sr. Kurtz, un relato apasionante sobre Mobutu Sese Seko y sus cuatro décadas de poder absoluto en el Zaire). Desde entonces he seguido de cerca su trabajo: me fascinó No lo hice por ti, en el que desgrana la trágica historia de Eritrea y de unos líderes desquiciados por el poder y la guerra. Y me atrapó una vez más hace unos meses, cuando desveló al mundo la historia de John Githongo y su cruzada contra la corrupción en la Kenia de Mwai Kibaki (It's Our Turn to Eatque también publicará Intermón en los próximos meses).

Ahora Michela Wrong estrena página web. No dejen de visitarla. Además de la información relativa a sus libros encontrarán una relación completa de los artículos y entrevistas que publica en la prensa británica, y que a menudo constituyen un tratado del sentido común y la esperanza que necesita África.

jueves, 15 de julio de 2010

Rosling vs. Malthus

¿Estamos condenados a un planeta de 10.000 millones de habitantes? ¿somos diferentes de lo que éramos en 1960 y de lo que seremos en 2050?

Hans Ronsling (creador del fascinante Gapminder, que ahora pueden descargar en su escritorio) describe en este vídeo de forma didáctica algunos de los retos demográficos a los que se enfrenta nuestro planeta. Los argumentos son simples y admiten muchos matices (la referencia final a los países occidentales como los "cimientos del mundo por venir" hará levantar la ceja a más de uno), pero el mensaje es incontestable: si quiere un planeta sostenible, garantice oportunidades para todos.

En cualquier caso, lo verdaderamente fascinante de este vídeo es la eficacia comunicativa de Rosling. Combinando Gapminder con siete cubos de Ikea y unas alpargatas, transmite tres ideas claves en menos de diez minutos. En la era de los interminables power point, ¡tres hurras por Hans!


(El vídeo es de TED.com. En la página original encontrarán una aplicación para verlo con subtítulos).

viernes, 9 de julio de 2010

Haití: los civiles rinden cuentas

Se cumplen hoy seis meses del terremoto devastador que ha convertido parte de Haití en una escombrera de edificios y de esperanzas. La tragedia generó en su momento una avalancha de solidaridad internacional y es justo preguntarse qué fue de ese dinero y en qué ha cambiado las perspectivas de los haitianos. Tanto Intermón Oxfam como Médicos Sin Fronteras contestan estas preguntas en sendos informes presentados ayer (ver también aquí un vídeo breve). Informes serios y fundamentados que explican a la sociedad porqué deben confiar en el trabajo imprescindible que realizan las ONG.

Pero Oxfam también se hace otra pregunta: ¿cómo fue la respuesta del Gobierno español? España hizo de Haití una de las banderas de nuestra intervención humanitaria, desplegando ministros y soldados de una punta a otra de Puerto Príncipe. Con más de 60 millones de euros, y al mando de la Presidencia de turno de la UE, la cooperación oficial española se puso al frente de la respuesta europea.

Pues bien, el análisis de Intermón Oxfam sugiere en este terreno más sombras que luces: una respuesta rápida pero descoordinada, mucho más pendiente del traslado de personal y material a Haití que de la definición de estrategias de intervención con otros donantes y con las numerosas ONG que se desplegaron por el país. 

Pero lo que más llama la atención es el modo en el que Haití ha ilustrado las limitaciones de las intervenciones militares en este tipo de emergencias. Dos misiones de las Fuerzas Armadas Españolas (con un coste cercano a los 19 millones de euros), de las que el informe señala: 
Su intervención, al proveer asistencia humanitaria directa, contradice las directrices internacionales (Oslo) sobre la actuación de las FFAA en desastres naturales. Además, sus intervenciones no estuvieron coordinadas por la Oficina de Acción Humanitaria, que debería haber garantizado coherencia en la respuesta. Sus labores de desescombro fueron pertinentes y presentaron valor añadido, pero el resto de acciones ha supuesto un alto coste y poca eficacia. El coste de las operaciones de las FFAA fue finalmente 24 veces mayor que la destinada a las ONG.
En estos tiempos en los que nunca falta una excusa para recortar la ayuda internacional es una buena noticia que las instituciones que la gestionan rindan cuentas y se las exijan a nuestros gobiernos. La mala noticia es que los donantes siguen empeñados en costear las relaciones públicas de sus ejércitos con recursos que siempre han sido demasiado escasos.

Intereses creados

A riesgo de repetirme, les adjunto una cosita que he publicado hoy en prensa a propósito de una de las (muchas) oportunidades perdidas de la Presidencia Española:


ENTRE los muchos asuntos por los que la reciente presidencia Española de la UE será recordada con más pena que gloria está su incapacidad para impulsar la reforma pendiente de la Política Agraria Común (PAC). La PAC constituye hoy una de las principales políticas comunitarias, con un coste total que ronda los 80.000 millones de euros anuales, según la OCDE. En estas semanas se pone en marcha un debate sobre la reforma de estas políticas que debe concluir en 2013 y que viene lastrado por un complejo entramado de intereses creados durante décadas. Dicho con franqueza, existen pocas posibilidades de lograr ahora lo que no se ha logrado en todos estos años: alinear la política agraria con el verdadero interés del medio rural europeo y cumplir con los compromisos internacionales asumidos por la UE.

La PAC fue concebida tras la Segunda Guerra Mundial para garantizar el abastecimiento alimentario de Europa y sostener las economías agrarias de sus estados miembros. Desde ese punto de vista, puede decirse que el éxito fue sonado. De hecho, los problemas estructurales de esta política, que se pusieron de manifiesto durante los años 80, responden en gran medida a la incapacidad de los mercados europeos para absorber la producción interna de cereales, lácteos, carne o azúcar. Estos excedentes eran volcados en los mercados internacionales con la ayuda de subsidios masivos a la exportación que generaron una cadena de problemas económicos y políticos. El principal fue el efecto devastador del 'dumping' y el proteccionismo sobre la agricultura de los países pobres, que destruyó los medios de vida de millones de campesinos y generó una dependencia alimentaria externa que aún hoy están pagando.

Las reformas del sistema -que comenzaron a principios de los noventa y que continúan hasta el día de hoy- no han resuelto estos problemas. El modelo que sostenía los precios internos y estimulaba la sobreproducción ha sido sustituido de forma progresiva por un conjunto de ayudas directas que elimina la obligación de producir y responde a los compromisos asumidos en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio. El problema es que las reglas de la OMC fueron redactadas por Europa y Estados Unidos siguiendo la máxima de 'El Gatopardo': que todo cambie para que todo siga igual. Estableciendo una distinción perfectamente artificial entre las ayudas que distorsionan los mercados internacionales y las que no lo hacen, las dos grandes potencias proteccionistas se las han ingeniado para blanquear cerca de 1.000 millones diarios en subsidios y mantener una protección arancelaria que, en el caso europeo, es cuatro veces más alta que la que se aplica a los demás sectores económicos.

Pongámoslo de este modo: para un campesino de África occidental que hoy debe hacer frente al 'dumping' de cereales franceses, la sofisticada distinción entre ayudas clásicas y reformadas le deja frío. Sobre todo cuando los mismos países europeos que practican en casa el proteccionismo agrario utilizan los acuerdos comerciales para promover la liberalización unilateral de algunas de las regiones más pobres del planeta. Lo sorprendente es que en Bruselas aún se pregunten por qué se han estancado las negociaciones con el bloque de África, Caribe y Pacífico.

Paradójicamente, el sistema no ofrece muchos más méritos de puertas adentro. La incapacidad de los estados miembros para enfrentarse a los privilegios adquiridos durante décadas ha impedido poner fin a un modelo que concentra las ayudas en un puñado de empresas e individuos, promueve modelos de producción que esquilman recursos esenciales como el agua, contribuye al calentamiento global y abandona a su suerte a las zonas rurales más vulnerables. La PAC no está logrando salvar al medio rural europeo ni a quienes lo sostienen, que son las comunidades pequeñas que viven de los mercados y las economías locales, y que necesitan para sobrevivir políticas más eficaces y complejas que trasladar subsidios de una generación a otra: infraestructuras básicas, buenos servicios de salud y educación, créditos rurales, diversificación económica y protección para los modelos de producción sostenibles, como la agricultura orgánica. Precisamente las partidas que hoy están marginadas en los presupuestos comunitarios.

Necesitamos una verdadera refundación del modelo. Pasar de una política agraria desigual y productivista a una política rural justa y sostenible que nos permita hacer frente a los retos de Europa en el siglo XXI, incluyendo el debate global sobre el abastecimiento alimentario y energético del futuro. Lamentablemente, no podemos esperar mucho de los ministerios de agricultura europeos, que se han convertido en 'brokers' de los intereses particulares que impiden la reforma. Hasta que eso no cambie, las posibilidades de someter las políticas rurales al interés público son escasas, y tendrán razón quienes se preguntan por qué no gastar el dinero en otros ámbitos que lo necesitan de verdad.

www.ideascontralapobreza.blogspot.com

miércoles, 7 de julio de 2010

Quien contamina, ¿cobra?

Atentos al informe que acaban de publicar SEO/BirdLife y WWF, dos de las más importantes ONG medioambientales de nuestro país. A través de un análisis geográfico y cartográfico, explican porqué las explotaciones que más ayudas reciben de la Política Agraria Común son, curiosamente, las que tienen un impacto ambiental más negativo (por ejemplo en el uso intensivo de acuíferos). Y se preguntan, claro, porqué los criterios que rigen la política agraria en España están mucho más basados en los privilegios adquiridos que en la verdadera provisión de bienes públicos:
SEO/BirdLife y WWF recomiendan en su estudio una modificación urgente en una de las políticas más relevantes de la UE. Por ello, demandan un cambio que permita una reorientación de las ayudas de la Política Agraria Común. El objetivo es apoyar las explotaciones y prácticas más sostenibles, basándose en el principio “Dinero público para bienes públicos”. También exigen que se eliminen los pagos a aquellas prácticas que se prueben dañinas para el medio ambiente, asegurando el cumplimiento de otro principio, “Quien contamina paga”.
¿Por qué todo lo que es evidente en otras políticas públicas parece ser ignorado en el caso de la política agraria?

martes, 6 de julio de 2010

Un lugar donde colocar sus expectativas electorales

En situaciones excepcionales como la de esta crisis, cuando los políticos de raza nos ofrecen lo mejor de su liderazgo, no es raro encontrarse con el rechazo de una opinión pública poco preparada para comprender los trances a los que se enfrenta un estadista moderno.

Les pongo un ejemplo: el Ayuntamiento de Madrid anunció hace algunas semanas la cancelación completa de sus programas de cooperación internacional para 2010. No es que fuese Suecia, pero Madrid destinaba hasta ahora su buena docena de millones, suficientes para costear más de 60 proyectos de lucha contra la pobreza en 15 países. La crisis, claro.

En vez de hacer un esfuerzo por ponerse en la piel del sufrido Concejal de Hacienda, al populacho le faltó tiempo para echársele al cuello. ¡Como si el Alcalde no viviese en carne propia el drama de los proyectos recortados! Más aún: en un ejemplo de transparencia institucional que ríase usted de los suecos antes citados, los portavoces municipales facilitaron a la prensa un ejemplo de todas las cosas importantes que se pueden hacer gracias a este sacrificio: nada menos que la sustitución de 63.504 papeleras que habían comenzado a perder lustre. Por sólo 72 millones (1.134 euros/papelera) obtenemos el recipiente, el montaje y el mantenimiento. Si no consideran que esto es una ganga, prefiero que ni sigamos hablando. 

Así que, la próxima vez que estén tentados de criticar a los líderes de sus países y provincias, acuérdense del caso de Madrid: siempre es posible ir un poco más lejos.

lunes, 5 de julio de 2010

Obama mueve ficha

Finalmente, el Presidente Obama ha dado un paso en materia de inmigración. Y es un paso en la dirección correcta. Cuando casi hemos alcanzado la mitad de la legislatura y los movimientos pro-reforma empezaban a mostrar su nerviosismo, la radicalización de Arizona ha ofrecido al Presidente una oportunidad para sortear los obstáculos que imponen la crisis y las propias bases sindicales del Partido Demócrata.

Lo más interesante del discurso de Obama  (el vídeo está disponible aquí) es, posiblemente, su punto de partida político: "El sistema está roto. Y todo el mundo lo sabe". Estados Unidos convive con unos 11 millones de inmigrantes irregulares. La inmensa mayoría de estos trabajadores jamás ha cometido un delito y constituye una pieza imprescindible del engranaje económico del país. Las leyes que hacen su entrada y estancia más difíciles han resultado ser un fracaso, como prueba el hecho de que muchos de ellos nacen, viven y mueren sin salir nunca de la irregularidad. Es posible que todo el mundo sepa que el sistema está roto, pero muy pocos gobernantes son capaces de reconocerlo. Hurra por Barak.

A partir de ahí, Obama propone una serie de medidas encaminadas a un "borrón y cuenta nueva con condiciones". La legislación que propone permitiría la legalización de los que entraron de forma irregular, pero para ello deben cumplir una serie de condiciones como el pago de impuestos atrasados, la satisfacción de una multa y el conocimiento del inglés. Algunos incluso deberán retornar a sus países antes de regresar legalmente.

Son medidas encaminadas a satisfacer a la opinión pública estadounidense, que considera la perspectiva de la nacionalidad un derecho por el que se deben hacer sacrificios tangibles. Y ésa es quizás la principal debilidad de la propuesta. Como explica Michael Clemens en un lúcido comentario, Obama opta por un modelo migratorio basado en el todo o nada: el fin último de la regularización es la adquisición de la nacionalidad, y un premio de esa envergadura exige condiciones. Pero, ¿por qué hay que dar por supuesto que todos los que llegan quieren quedarse para siempre y hacerlo como nacionales? ¿No sería posible establecer modelos intermedios que reduzcan la carga que se exige a ambas partes?

El segundo problema, claro, es que el modelo del todo o nada asume de forma implícita el carácter excepcional de las regularizaciones. Todos los gobernantes que las plantean dicen algo similar: "hacemos esto porque los anteriores fracasaron a la hora de impedir la violación de nuestras fronteras, pero eso no va a ocurrir con nosotros porque...". Obama está obligado a caer en la misma trampa y por eso explica cómo va a reforzar su frontera sur, y al hacerlo ignora el hecho de que "el sistema está roto" precisamente por su impermeabilidad. Los flujos migratorios se rigen por razones que escapan al control de los gobiernos y sólo un ejercicio constante y valiente de pedagogía pública permitirá introducir las reformas que lo hagan al mismo tiempo más justo y más inteligente.

Así que muchos confiamos en que éste sea sólo un primer paso. Nos va a hacer falta mucho más coraje e imaginación si queremos ganar esta batalla.

viernes, 2 de julio de 2010

Más sobre África; Vicios de economistas; Paul ha escrito un libro (otra vez); Revolucionarios sugerentes: vínculos que me gustaron

- Mi club de fans de Cochabamba me ha hecho notar que hablo mucho de África y poco de América Latina. Lo sé y lo siento. Procuraré corregirme en las próximas semanas. Mientras tanto, ahí van tres interesantes píldoras sobre el territorio que se extiende alrededor de los estadios que ven ustedes en la tele: Fátima Valcárcel y Gonzalo Sánchez-Terán publican dos estupendas piezas a propósito del Mundial y de los tiranos Obiang y Bongo (ambas en FronteraD, esa revista que deben colocar cuanto antes en su carpeta de 'favoritos').

Me gustó también este gráfico interactivo que publica el FT sobre la calidad de los gobiernos africanos. Está elaborado por los investigadores de la Fundación Mo Ibrahim, pero su autor original es el profesor de Harvard Robert Rotberg, un personaje fascinante a quien tuve oportunidad de conocer bien. No tienen que estar de acuerdo con sus opiniones, pero no pierdan la oportunidad de ver y escuchar aquí a este espléndido orador.

- ¿Padece usted el vicio inconfesable de las estadísticas macroeconómicas? ¿acostumbra a cuajar sus conversaciones de café con términos como "sustitución de importaciones" o "productividad"? ¿sabe que Schumpeter no era un futbolista de Munich?: ésta es su página. Dani Rodrik es un economista brillante al que merece la pena seguir (aunque no escuchar: tiene las dotes de orador de un armadillo). Se prodiga poco en su blog, pero las últimas entradas polemiza de forma interesante sobre el fracaso del Consenso de Washington. Quizás les interese.

- Y hablando de economistas, ya está aquí el nuevo libro de Paul Collier (autor del sugerente Bottom Billion), que a este ritmo de publicaciones va a alcanzar a Barbara Cartland. Esta vez toca el tema del cambio climático y su impacto en el desarrollo. Ya se habrán dado cuenta de que ningún ensayista que se precie puede presentarse en sociedad sin haber escrito sobre este asunto. El problema, al parecer, es que en este caso Paul patina de forma ostensible. Pueden consultar aquí el análisis de D. Green y aquí la crítica demoledora de The Guardian. Después de esto dudo que me lea el libro, pero quizás alguno de ustedes lo haga y quiera enviar un comentario a este humilde foro.
[La foto es de Barbara Cartland, no de Paul Collier, que tampoco es el que aparece a su derecha.]

-  Y, finalmente, un toque revolucionario. Debo confesarles que los izquierdistas de la divina pomada (tipo Ignacio Ramonet) me aburren e irritan a partes iguales, pero reconozco que este vídeo de Daniel Cohn-Bendit en el Parlamento Europeo merece la pena. Si no lo han hecho ya, disfruten del efecto que produce lo evidente cuando nos lo muestran. [Gracias al blog de Irene Milleiro por la pista.]