martes, 28 de septiembre de 2010

Un sistema perverso

Los juegos de prestidigitación electoral de Hugo Chávez han levantado una oleada de indignación en España. Políticos, analistas y observadores de todo pelaje (ver por ejemplo editoriales en El País y el ABC) se han mesado las cabelleras describiendo lo que en justicia supone un atropello: con una ventaja de tan sólo el 2% de los votos, el partido del Gobierno aventaja a la oposición en 33 diputados (98 frente a 65). Entre los críticos más vociferantes están el senador el PNV Iñaki Anasagasti y el eurodiputado del PP Carlos Iturgáiz, al que parece que los servicios de seguridad han mostrado sus encantos tras denunciar lo que él ha denominado las "verdades como puños" de un "sistema perverso".

Este blog se suma con entusiasmo a las protestas. Estaría bueno. Más aún: animo al Sr. Iturgáiz, al Sr. Anasagasti y a los consejos editoriales de El País y ABC a conservar su justa indignación y trasladarla a España. Porque lo que Chávez ha hecho con la proporcionalidad del voto en Venezuela es un mal chiste comparado con lo que ocurre en nuestro país cada cuatro años, cuando PP, PSOE y partidos nacionalistas se aprovechan de una ley electoral que magnifica la representatividad de los primeros y permite a los partidos nacionalistas multiplicar su poder en el parlamento con la ausencia de partidos bisagra de ámbito nacional.

¿Por qué UPyD necesita 300.000 votos para lograr un diputado que al PSOE le cuesta 65.000? ¿Cómo es que Izquierda Unida obtiene con el sistema actual 2 diputados cuando el peso proporcional de sus centenares de miles de votos le daría 14? Desde luego, no se lo pregunten a quienes disfrutan ahora la poltrona electoral, porque la conversación será breve.

Ahora que Equo (un nuevo y esperanzador germen de partido verde de ámbito nacional) asoma sus patitas en nuestro esclerótico mapa político, cualquier votante decente debería tener muy presente este gráfico que publicaba el diario El País tras las últimas elecciones generales. Porque sí, Sr. Iturgáiz, se trata de un sistema perverso.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Valoraciones de la Cumbre

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en sus declaraciones a los líderes mundiales durante la clausura de la Cumbre de los Objetivos del Milenio de la semana pasada:
El documento de resultados de la Cumbre envía un claro mensaje de que continúan comprometidos con los objetivos incluso en este difícil entorno internacional. 
La reacción del ministro suizo de finanzas, Hans-Rudolf Merz, cuando las leyó:

viernes, 24 de septiembre de 2010

Magnates Sin Fronteras; Aquí no lloverá, pero allí se están pegando tiros; Imbécil, utópica, inútil, populista; El blues más improbable: vínculos que me gustaron

- La lógica es similar en todos los casos: juntan sus primeros 5.000 millones de dólares y ¡venga...! ¡a repartir! Gates, Buffet, Slim y otros magnates han entrado en el debate sobre el desarrollo con armas y bagajes. Esta provocativa pieza del Wall Street Journal defiende que lo mejor que podrían hacer por los países pobres es volver a sus negocios.

- Los efectos del cambio climático no se notan únicamente en su terraza. Alex Evans explica en esta entrada porqué ya no es posible analizar los conflictos del mundo sin considerar el calentamiento global y la escasez de recursos naturales. (La versión completa de su informe, que ha elaborado para el próximo Informe de Desarrollo Mundial del BM, está disponible aquí).

- Xavier Vidal-Folch desmonta en su columna de hoy los principales argumentos en contra de la tasa sobre las transacciones financieras internacionales. Lectura obligada para los miembros de la Asociación Española de la Banca, que tantas buenas oportunidades de callarse han perdido esta semana.

- Y, finalmente, esta joya para frikies de las políticas de desarrollo. Es un blues sobre los APE (acuerdos comerciales que la UE negocia con países de África, Caribe y Pacífico), pero no estoy seguro de que se trate de una herramienta de campaña. Más bien es una especie de trovarización de un policy paper, incluyendo tecnicismos, siglas y toda la jerga que los adorna. Una verdadera pieza kitsch, que investigadores y lobbystas apreciarán en lo que vale...

jueves, 23 de septiembre de 2010

Sobre Chávez, para liberales de mal asiento

Si han leído ustedes este blog durante algún tiempo ya sabrán que ni Chavez ni sus palmeros son santo de mi devoción. Pero reconozco que tiendo a irritarme con más facilidad con los discursos vacuos de izquierdas (los de Aznar se califican solos) y a menudo eso me hace perder objetividad. Por eso les sugiero echarle un vistazo al artículo de Miguel Ángel Bastenier en El País de ayer. De un modo sensato e informativo, desgrana algunas de las claves políticas de Venezuela en los días previos a las elecciones legislativas del próximo domingo. 

En particular, recomiendo a otros liberales de culo inquieto que lean con atención su penúltimo párrafo:
El líder bolivariano se ha presentado ante el elector en una quincena de ocasiones y solo en el referéndum de 2007 sobre la reelección indefinida fue derrotado, aunque ganó la batalla en la consulta siguiente. Y eso no se debe a nuevas demarcaciones electorales, que cualquier Gobierno latinoamericano traza sin reparo; ni al hostigamiento de los medios de comunicación, aunque llegue a extremos macondianos, como cuando Exteriores niega a la revoltosa prensa de Caracas hasta el itinerario de los viajes de Chávez al extranjero; ni al abuso de recursos del Estado en apoyo de las candidaturas oficialistas, también práctica común en toda América Latina. Se debe a que el número de pobres ha bajado del 46% a menos de la mitad, y el de indigentes se ha reducido al 6% en 10 años de chavismo; a que el desgobierno en abastecimientos, suministros y libertades afecta mucho más las clases medias que a los desfavorecidos que ahora tienen médico, escuela y productos de primera necesidad subsidiados, así como menos que perder ante una delincuencia que prefiere objetivos más suculentos. El chófer, afrodescendiente, de un importante diario caraqueño le dijo un día a su pasajero, periodista español: "Cuando Chávez pierda el poder yo volveré a ser invisible". Y Teodoro Petkoff, intelectual de servicio de la oposición, nunca ha negado que todas esas elecciones han sido democráticas. El chavismo ha favorecido a más de media Venezuela: la boli-burguesía, o los nuevos ricos del poder, y la lumpen-burguesía, los antiguos pobres que dejaron de serlo.
 Nada de todo esto altera mi escepticismo ante los males menores, pero a veces conviene recordárselo.

martes, 21 de septiembre de 2010

ZP al rescate

Tras seis años en el gobierno, uno ha aprendido a tomarse con bastante cautela los arrebatos del Presidente Zapatero; pero, con todo y con eso, hay que reconocer que su intervención de ayer en la Cumbre de la ONU fue ilusionante. El retorno de la tasa sobre las transacciones financieras internacionales (TTF) a las portadas de los periódicos es una de las mejores noticias que hemos recibido en meses. Sobre todo -y esto es aún más ilusionante- cuando detrás de ZP vino Nicolás Sarkozy, dispuesto a purgar sus pecadillos étnicos con un impulso a la TTF y a otros mecanismos alternativos de financiación del desarrollo. Francia será la anfitriona del G20 en el primer semestre del próximo año, por lo que hay que darle a este anuncio la importancia que tiene.

No les aburro con los números, pero déjenme recordarles la estimación del potencial recaudatorio de este instrumento: 400.000 millones de dólares anuales (frente los algo más de 100.000 de AOD) que podrían ir destinados a la lucha contra la pobreza (en el Norte y en el Sur) y a frenar el calentamiento global. Existen indudables dificultades técnicas para ponerlo en marcha (una de las mayores está relacionada con la opacidad de buena parte de las operaciones financieras, en particular las más especulativas), pero ninguna de ellas es insalvable. La reforma financiera aprobada por el Senado de los EEUU hace unas semanas y la que se está discutiendo estos días en la UE demuestran que es posible dar pasos en la dirección correcta.

Si quieren más información Duncan Green resume aquí lo más importante de este debate.

¡Así que anímense, niños y mayores! Despójense de sus pantuflas y salgan a la calle para apoyar la Tasa Robin Hood. No puedo adelantarles nada, pero les aseguro que pronto tendrán ocasiones nuevas de arrimar el hombro. Tengan la certeza de que una victoria en este campo compensaría todos los pasos atrás de los últimos años.

[Hace unas semanas les comentaba las sensaciones que me había producido Zapatero en una intervención sobre África. Ayer tuve una impresión parecida: abandonando una vez más el discurso que le habían preparado, ZP habló con entusiasmo de uno de los asuntos que más han motivado su política exterior. Supongo que eso es lo que llaman la memoria sentimental.]

lunes, 20 de septiembre de 2010

Benedicto XVI apoya este blog

O al menos eso sugieren sus palabras del viernes pasado en Inglaterra:
Cada generación, mientras intenta promover el bien común, debe preguntarse siempre de nuevo: ¿cuáles son las exigencias que los Gobiernos pueden racionalmente imponer a sus propios ciudadanos y hasta dónde pueden extenderse? ¿A qué autoridad se puede apelar para resolver el dilema moral? Estos son interrogantes que nos llevan directamente al fundamento ético del discurso civil. Si los principios morales que sostienen el proceso democrático no se basan, a su vez, sobre algo más sólido que sobre el consenso social, entonces la fragilidad del proceso se muestra en toda su evidencia. Aquí se encuentra el verdadero reto de la democracia.
Estoy seguro de que Su Santidad tenía más cuestiones en la cabeza cuando pronunció estas palabras, pero si las leemos en el contexto de las expulsiones de rumanos de piel oscura (no confundir con deportaciones de gitanos) comandadas por el Comisario Sarkozy, el mensaje parece nítido: las mayorías no alteran la catadura ética de un asunto, por mucho que se empeñen en repetirlo los señores Zapatero y Rajoy.

(Otra cosa distinta es el valor moral original que una sociedad concede a los derechos individuales frente a los nacionales. En esto, ay, mucho me temo que la coherencia de los líderes europeos es intachable.)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cuando sea mayor quiero ser británico...

... aunque antes tienen que declarar ilegales el pastel de riñón y la moqueta en el baño...

Pero díganme si no hay buenas razones para envidiarles después de ver la página sobre pobreza internacional que ha creado el diario The Guardian. Blogs, datos, chats, artículos e historias de la mejor calidad. Un verdadero lujo periodístico.


Por la parte que me toca, les recomiendo una pieza de Larry Elliot sobre el riesgo de que grandes ONG como Oxfam rebajen el tono en su lucha por la justicia social. Les aseguro que no puedo estar más de acuerdo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El mayor reto ético

Publicado estos días en los medios del Grupo Vocento. Disculpen si me repito.

El mayor reto ético
Gonzalo Fanjul Suárez. Asesor Estratégico de Intermón Oxfam
Dentro de pocos días se levanta en Nueva York el telón de la Cumbre de los Objetivos del Milenio, que aglutina a líderes políticos de todo el mundo coincidiendo con la Asamblea General de la ONU. Desgraciadamente, no será una ocasión para muchas alegrías. Cuando faltan sólo cinco años para alcanzar la fecha límite establecida por la comunidad internacional empieza a ser evidente que los esfuerzos por reducir la pobreza extrema, frenar la pandemia del SIDA o extender la educación universal y la salud primaria han sido sencillamente insuficientes.
En parte este fracaso es presupuestario. Los compromisos de los países desarrollados en materia de cooperación corren camino de convertirse en el increíble fenómeno de los presupuestos menguantes. España, por ejemplo, ya ha anunciado un recorte de 800 millones de euros a lo largo de los tres próximos años, mientras que el Gobierno británico ha optado por alinear la ayuda con sus intereses estratégicos en países como Afganistán.
Pero resulta aún más preocupante la incapacidad de gobiernos donantes y receptores a la hora de reducir la vulnerabilidad extrema de las comunidades más pobres, de la que dependen en buena medida los avances del desarrollo. Los últimos años son sólo una muestra de la tormenta perfecta hacia la que se encaminan algunas regiones, como África subsahariana. La volatilidad del precio de los alimentos, los shocks financieros y las emergencias ecológicas anuncian un mundo en el que las crisis serán la regla y no la excepción. En este contexto el bienestar de individuos y comunidades depende más de la educación, la salud o el crédito que de los niveles de ingreso.
La lucha contra el hambre constituye un buen ejemplo de porqué las respuestas lineales, basadas únicamente en el desembolso de recursos, son insuficientes para alcanzar los Objetivos del Milenio. El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acaba de anunciar que el número total de quienes pasan hambre es de 925 millones de personas, la mayor parte de ellas en África y el sur de Asia. Esta cifra, que supone una caída de casi 100 millones con respecto a 2008 y la primera reducción significativa del hambre en quince años, sería una noticia excelente si no fuese porque está mucho más relacionada con el azar que con la acción política y económica: las mismas variaciones climáticas que destruyeron dos cosechas consecutivas en Australia y en Asia hace cuatro años han provocado en estos dos últimos una de las producciones de alimentos más altas de las últimas décadas, lo cual ha reducido los precios e incrementado el abastecimiento de la población. Una realidad que podría cambiar tras los incendios de Rusia y la inundación de las regiones cerealeras en Pakistán.
El hecho es que la respuesta internacional a la crisis del precio de los alimentos en 2007-08 se limitó a aprobar una partida de ayuda alimentaria de emergencia y a comprometer unos fondos de ayuda a la agricultura que resultaron ser un reempaquetado de compromisos anteriores. Como ha denunciado recientemente la ONG Intermón Oxfam, estas medidas fueron completamente insuficientes y existen posibilidades reales de nuevas hambrunas si no se dan los pasos necesarios.
En el corto plazo la prioridad es reducir la volatilidad de los precios y garantizar la protección de las comunidades más vulnerables. Las medidas que EEUU ya ha aprobado –y que Europa está considerando ahora- para regular el uso de productos financieros derivados permitirán amortiguar el efecto de la especulación en los mercados agroalimentarios. También es urgente revisar la insensata política de biocombustibles, que ha tenido efectos devastadores sobre la oferta mundial de alimentos, establecer reservas internacionales y garantizar el derecho de los países pobres a proteger sus mercados e incrementar los niveles de autosuficiencia.
En el largo plazo serán necesarias respuestas aceptables a preguntas complicadas: una población pobre cada vez más numerosa debe hacer frente a un mercado alimentario cada vez más volátil en un contexto natural restrictivo. Dicho de otro modo, el problema no es sólo alimentar a los 925 millones de personas que pasan hambre hoy sino explicar qué haremos en 2030, cuando el incremento de la población y las limitaciones climáticas obliguen a producir un 50% más de alimentos con un 90% menos de carbono.
No existe un reto ético más fundamental. Como recordaba hace poco un ambicioso estudio sobre los efectos de este problema en Guatemala, la desnutrición de un niño durante los primeros 36 meses de vida determina por completo sus futuras capacidades físicas y cognitivas. Generaciones completas en decenas de países pobres están viendo su futuro hipotecado por el hambre. 36 meses: ésa es la cifra que el Presidente Zapatero y otros líderes internacionales deben tener muy presente cuando se reúnan la próxima semana.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Una clara mayoría

El desgraciado asunto de las expulsiones de gitanos en Francia está sirviendo al menos para aclarar algunos puntos importantes:

- Francia respeta sus tradiciones: desde los esclavos haitianos tras la Revolución hasta la expulsión de judíos durante el Gobierno de Vichy y la grandeur colonial en África, los gobiernos franceses (de izquierda y derecha) suelen dejar claro que la Marsellesa se canta en francés y con voz blanca de tenor.

- El carácter étnico de las expulsiones es uno de los problemas, pero no el único ni el más importante. Hace algunas semanas el Ministro francés de Interior puso negro sobre blanco (paradójicamente) el problema fundamental: "la libertad de circulación dentro de la UE no puede ser incondicional". Si todavía no tenemos claro este asunto cuando se trata de ciudadanos europeos con todos los accesorios, imagínense lo que piensan en París sobre el derecho a la movilidad internacional de los trabajadores por la que un servidor aboga. Las carcajadas se escucharían en el Liceo Francés de Bombay.

- Nunca hay que perder una buena oportunidad para callar la boca, y la que tuvo ayer el Presidente Zapatero era de la mejores. Humillar a la Comisaria que habló claro y alinearse con Sarkozy es grave, pero hacerlo porque se trata de "un Gobierno apoyado por una clara mayoría" es propio del Mariscal Petain.

- El Primer Ministro de Luxemburgo describió la discusión de ayer como un debate "muy macho y viril". Supongo que ironizaba (nunca se sabe en los Países Bajos), pero creo que da en el clavo. Sarkozy, como Berlusconi (y, aparentemente ZP, que ha cogido carrerilla tras el ajuste) son machos alfa de la política. La raza, como la Patria, es cosa de hombres.

[Coda: En su desternillante portada de la semana pasada, The Economist hacía una referencia poco velada a los complejos de Sarkozy (en el contexto de una pieza que ayuda a entender el giro populista de estas medidas).]

jueves, 16 de septiembre de 2010

Por qué apoyo la huelga general del 29-S

Desde luego, no es por el entusiasmo que me provocan los convocantes, unos sindicatos decimonónicos asentados en sus contradicciones e incapaces de dar algunas batallas incómodas pero imprescindibles como la de la reforma migratoria. Tampoco me provoca espasmos la reforma laboral, cuyos pros y contras me resultan menos comprensibles a medida que leo más sobre el asunto. [Tengo, eso sí, dos certezas: hay algo profundamente equivocado en este régimen laboral (o en el modelo educativo que lo precede) y esta reforma hará poco por resolverlo. Rodrik hace la pregunta pertinente en esta entrada de su blog].

Creo que hay que salir a la calle para demostrar que estamos vivos. A diferencia de lo que señala el manifiesto de la huelga, no estoy seguro de que nuestros enemigos estén en la UE o en el FMI. Es posible que estas instituciones hayan actuado de portavoces de los mandarines financieros, pero el verdadero problema está entre nosotros. La crisis sólo ha puesto de manifiesto lo que somos: un país de (ex) nuevos ricos, mal educado, con instituciones débiles, una democracia imperfecta y una sociedad civil en pantalones cortos. En algún momento me preocupaba la perspectiva de convertirnos en Italia, con sus políticos bufones y sus instituciones siempre al borde del abismo. Pero ahora me daría con un canto en los dientes por parecernos algo más a un país con una cultura (política, entre otras) que nos adelanta en tantos años...

Hay que salir a la calle para exigir alternativas, para defender los recursos públicos que hacen nuestros países y nuestro mundo más decentes. Hay que demostrar a lo que sea que llamamos "mercados" que la posibilidad de una sociedad en armas es mucho menos rentable que una sociedad justa. Hay que hacerlo, desde luego, para que lo escuchen el Gobierno y la oposición más mediocres que recuerda nuestra democracia; pero hay que hacerlo sobre todo para poder mirarnos al espejo cada mañana.

[Nota: Intermón Oxfam, la organización en la que trabajo, ha decidido por primera vez en nuestra historia sumarse a la convocatoria de huelga. Supongo que las razones institucionales son similares a las personales, y por eso estoy orgulloso de trabajar aquí.]

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cuando 36 meses son toda una vida

La ONU anuncia que el número de hambrientos ha descendido hasta los 925 millones a lo largo de 2009, casi 100 menos que el año anterior (aliviando la conciencia de los menguantes ministerios de cooperación de medio mundo).

Oxfam denuncia que estos números están mucho más relacionados con el azar que con las decisiones políticas. Los mismos fenómenos meteorológicos que redujeron la producción hace cuatro años han proporcionado cosechas record en los últimos meses. Durante este tiempo, la comunidad internacional ha mirado hacia otro lado.

John Hoddinitt -del think tank sobre hambre y pobreza IFPRI- publica la primera versión de un ambicioso estudio que describe los efectos del hambre en Guatemala. El titular es simple: pasar hambre durante los primeros 36 meses de vida determina en gran medida las capacidades físicas y cognitivas durante el  resto de la existencia. De hecho, los casos analizados entre 1969 y 2004 demuestran que el hambre temprana incrementa en un 31% las posibilidades de quedar atrapado en la pobreza extrema.

Dos tercios de la población indígena guatemalteca padece niveles más o menos graves de desnutrición. No sé si es más o menos que el año pasado.

martes, 14 de septiembre de 2010

Tal vez la universidad española no esté condenada

Sé que en apariencia no se trata de un asunto propio de este blog, pero les recomiendo encarecidamente que lean el cruce de artículos publicados en El País por los profesores Lázaro y Culla a propósito del modelo de enseñanza universitaria y las oportunidades que ofrece Bolonia. Yo voy con Lázaro, pero no cabe duda de que Culla responde con argumentos sólidos e inteligentes (y el mismo gancho).

España, ay, es una mala plaza para realizar estudios de postgrado en materia de desarrollo (los de grado ni están  ni se les espera). Mis conversaciones con estudiantes recién licenciados que quieren trabajar en este sector (angelitos...) son propias del Señor de los Anillos: "¡Huid! ¡Esta tierra está maldita!". Compararnos, no ya con Harvard o Sussex, sino con los medios, el método y el profesorado de cualquier centro académico de calidad media en el Reino Unido produce una risa nerviosa.

Pero tal vez no estemos condenados. Si nuestros locuaces articulistas tienen razón, tal vez haya espacio para un modelo universitario diferente, menos interesado en megalómanos, nepotistas, plúmbeos y patriotas, y más interesado en la verdadera producción y difusión de ideas.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Y si Chávez, Pinochet, Obiang y Hu Jin Tao no estaban en lo cierto?

Dani Rodrik, sobre El mito del crecimiento autoritario, echando por tierra el secreto encanto de los encarcelamientos políticos y el cierre de medios de comunicación:
(...) Cuando miramos de forma sistemática la evidencia histórica, en vez de los casos individuales, encontramos que el autoritarismo es una mala opción en términos de crecimiento económico. Por cada país autoritario que se las ha arreglado para crecer con rapidez, hay muchos que han fracasado. Por cada Lee Kuan Yew de Singapur, hay muchos como Mobutu Sese Seko en el Congo. 
No solo las democracias son mejores que las dictaduras en lo que se refiere al crecimiento económico a largo plazo, sino que las superan en muchos otros aspectos [de la economía]. Proporcionan mayor estabilidad económica, medida como los altibajos del ciclo empresarial. Son mejores a la hora de ajustarse a los shocks externos (...). Generan más inversión en capital humano -salud y educación-. Y producen sociedades más equitativas.
Los regímenes autoritarios, por el contrario, producen economías que son tan frágiles como sus sistemas políticos.
Así que he decidido cancelar mis inversiones en el Caribe y he comenzado a tantear la posibilidad de Filipinas, donde se postula este improbable candidato:


¿Habrá algún modo de convencerle de que participe en las autonómicas de Madrid?

jueves, 9 de septiembre de 2010

Los fundamentos del mercado son sólidos (pero, por si acaso, llene la despensa)

(A propósito de la entrada de ayer)

Hafez Ghanem, Subdirector de la FAO, declara en una entrevista reciente:
Los fundamentos del mercado son sólidos y muy diferentes de 2007-08. A pesar de la caída en la producción de trigo en Rusia, la cosecha de cereales de este año ha sido la tercera más alta de la historia, y los stocks son altos. En estas condiciones no creemos que vayamos camino de una nueva crisis alimentaria (...). El panorama podría cambiar, sin embargo, si se produce un nuevo shock en la producción, debido por ejemplo al mal tiempo, o si las políticas gubernamentales conducen a una mayor ansiedad en los mercados, provocando el pánico por comprar.
Los fundamentos del mercado son sólidos... y sin embargo también lo eran justo antes de 2007, cuando se puso en marcha la peor crisis alimentaria que recuerdan nuestras generaciones. En realidad, todo lo que el Sr. Ghanem sugiere que podría pasar es precisamente lo que pasó. Una mala cosecha en Australia fue seguida de malas cosechas en Asia, y los stocks (que ya se habían visto reducidos por el efecto de los biocombustibles) se redujeron de forma dramática, poniendo en marcha las respuestas de los gobiernos. La restricción de las exportaciones no es un fenómeno que se produce de forma simultánea en medio mundo, sino la consecuencia de una cadena de decisiones en donde el pánico y el populismo ejercen una fuerza irracional. Al menos tan irracional como el comportamiento de los especuladores, que cabalgan sobre el precio de los alimentos sin ningún control significativo por parte de las autoridades financieras.

Rusia ya ha anunciado la congelación de sus exportaciones de cereales al menos hasta el próximo verano. Incluso en ausencia de otras decisiones similares, el precio del trigo es un 64% más alto que hace un año. Mozambique se ha convertido en el primer escenario de la nueva oleada de protestas populares, esta vez con un coste de siete muertos. Y aún está por ver el efecto que tendrán los tiburones financieros una vez que huelan la sangre.

En otras palabras -y como señala Alex Evans en un pedagógico comentario al asunto-, "lo que ocurrió en 2008 no es un mero accidente". Caminamos a zancadas hacia una era en la que la escasez de recursos naturales y la interdependencia del sistema alimentario convertirán esta volatilidad extrema en la regla, no en la excepción.

Lo único sorprendente de todo esto es la esclerosis que han demostrado los países del G20 en su respuesta. No les aburro ahora con los detalles, pero baste decir que se redujo a compromisos financieros no cumplidos, y que ignoró cualquiera de las propuestas que se han puesto sobre la mesa para amortiguar la volatilidad en el precio internacional de los alimentos, desde la introducción de restricciones en el uso de herramientas especulativas hasta la creación de reservas virtuales que permitan compensar las variaciones bruscas de la oferta. El Gobierno español olvidó su entusiasmo por este asunto con la misma rapidez que lo propuso, y sólo Francia parece estar dispuesta a sostener esta bandera dentro de la UE.

Asi que no, los fundamentos del mercado no son tan sólidos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El casino agrario

Publicado hace unos días en el diario brasileño O Globo:

El casino agrario
Gonzalo Fanjul. Asesor Estratégico de Oxfam Internacional.
 El economista británico John Maynard Keynes tenía opiniones bien definidas sobre los mandarines financieros de su época: “Sugerir a la City de Londres una acción social en beneficio del bien público es como discutir El origen de las especies con un obispo”.  Casi un siglo después, los mercados se han hecho más complejos y sofisticados, pero el modo en el que los especuladores aprovechan en beneficio propio las leyes débiles o inexistentes ha cambiado bastante poco. Éste es el caso de los mercados alimentarios, donde las consecuencias del laissez-faire van más allá de lo aceptable.
 Durante los últimos tres años el precio de los alimentos básicos ha conocido el incremento y la caída más agudos que se han visto en décadas. Las causas de esta espiral incluyen una combinación conocida de factores que disminuyeron la oferta y dispararon la demanda, como la producción de biocombustibles o el incremento del consumo de carne en Asia. Pero también han intervenido otras variables, como la desmesurada especulación financiera. Cuando sectores tradicionalmente más rentables perdieron fuelle en las bolsas de Europa y Estados Unidos, los especuladores pusieron sus ojos en la comercialización de materias primas como el trigo, el maíz o la soja, que recibieron el mismo tratamiento financiero que un chip o una hipoteca.
 Los productos financieros (como los futuros o las opciones, que garantizan la entrega de la mercancía en un plazo y precio determinados con anterioridad) son un recurso habitual de vendedores y compradores para disminuir el riesgo inherente a cualquier mercado agrario. Pero esto difícilmente describe lo que ha ocurrido en los últimos años. La escalada inicial de los precios atrajo a los especuladores de grandes firmas como Goldman Sachs y J.P Morgan, que se ocuparon de desarrollar instrumentos derivados e índices combinados de materias primas que multiplicaron las piruetas financieras y el riesgo asociado a ellas, y convirtieron la agricultura en otro de sus casinos.
 En el primer trimestre de 2008, mientras el precio de los principales alimentos se disparaba, los inversores estaban colocando en estos mercado la friolera de 1.000 millones de dólares diarios, buena parte de los cuáles eran operaciones bilaterales ajenas al control de las principales bolsas (lo que se conoce como operaciones OTC). Sólo en el mercado del trigo estos índices llegaron a controlar en junio de ese mismo año el 42% del mercado en los EEUU. La crisis precipitó la salida masiva de capitales de estos y otros mercados, y con ella la caída brusca del precio que conocimos en 2009.
 La especulación ha contribuido a generar un mercado con precios más caros y menos predecibles, cuyas consecuencias se dejan sentir en buena parte de los países más pobres del planeta. Oxfam es testigo de cómo la volatilidad extrema de los precios golpeó a consumidores y productores pobres, incapaces de aguantar el shock o de aprovechar sus oportunidades. Desde Camboya a Níger y a Guatemala, la FAO calcula que el número de quienes pasan hambre se ha incrementado durante este período en más de 250 millones, hasta superar por primera vez en la historia los mil millones de seres humanos.
 ¿Qué se puede hacer? Muchas de las medidas de reforma del mercado financiero que se están aprobando en Estados Unidos y en otros países –como la transparencia, la regulación de los productos derivados y el control de las operaciones OTC- ayudarán a poner coto a los especuladores. Pero es necesario plantearse garantías adicionales en el caso de un mercado tan sensible para el bienestar humano, del que depende el derecho a la alimentación. Es un ámbito en donde la responsabilidad del G20 es ineludible, y en donde el Gobierno de Brasil debe ejercer el mismo liderazgo que ha demostrado en casa con la aplicación de políticas contra el hambre que se admiran en todo el mundo. Lo demás es tratar un cáncer con aspirinas.

martes, 7 de septiembre de 2010

Africa Addio

El aniversario de la independencia de África despierta en el mundo hispanoparlante un escaso interés. Cierto que 50 años no son dos siglos, pero entristece comprobar hasta qué punto estamos dispuestos a ignorar las lecciones del proceso de emancipación política más importante de nuestras generaciones.

En realidad, la descolonización tuvo lugar entre 1951(Libia) y 1993 (Eritrea), pero buena parte de las jóvenes repúblicas nacieron alrededor de 1960. Con muy contadas excepciones, estas cinco décadas constituyen el relato de un fracaso. La guerra, la corrupción, la pobreza y la tiranía oscurecen las escasas historias de éxito (Botswana destaca entre todas, pero también Tanzania, Mauricio o Cabo Verde constituyen casos esperanzadores). Casi todos padecieron la pinza del activo intervencionismo extranjero y el pasivo gobierno autóctono. Casi ninguno se libró de conflictos económicos y sociales presentados como choques tribales.

Lo crean o no, es casi imposible encontrar un relato completo en castellano de este proceso, cuyas historias son absolutamente fascinantes. Existen buenas descripciones de caso (de Ruanda, Sudáfrica o Congo, por ejemplo), pero no la historia contemporánea de África que necesita nuestro idioma. En los próximos meses Intermón Oxfam publicará una de las mejores (El destino de África, de Martin Meredith, cuya edición original está descrita aquí), así que pongamos una vela a San Cucufato para que lleguen otros.

Mientras tanto, niños y mayores, quizás quieran entretenerse con la original serie de documentales que propone al respecto la cadena qatarí Al Jazzera (gracias a Javier por la pista). La programación incluye capítulos específicos sobre diferentes países, pero pueden abrir boca con el programa introductorio de 45 minutos (The Scramble for Africa), que es francamente interesante.

Y, si no se lo cuentan a nadie, les propongo que le echen un vistazo a otro documental (docudrama, dirían sus críticos). Se trata del reportaje Africa Addio, escrito y dirigido en 1966 por dos periodistas italianos dentro de la serie Mondo Cane. La película, de más de dos horas, describe el período inmediatamente posterior a la salida de las potencias europeas (Reino Unido, fundamentalmente), y lo hace con una crudeza que impresiona. 

Lo criticable es que el reportaje no sólo ignora por completo los años previos a la descolonización -en los que se enraizan muchos de sus males- sino que ofrece una visión sesgada (y racista, supongo) de quienes asumieron el poder a partir de entonces. Hubo violencia y abuso, qué duda cabe, pero les aseguro que su sofisticación sólo era comparable a la que desplegaron ingleses, franceses o portugueses durante casi 100 años de colonia. [No lo sabía cuando lo vi por primera vez hace unos años, pero uno de sus autores fue procesado y absuelto por "arreglar" uno de los asesinatos del filme para añadir dramatismo. Así está el patio...]. Pese a estos antecedentes (más detalles aquí), será difícil que encuentren imágenes tan cercanas de esta historia. Así que les sugiero que se carguen de prejuicios y le echen un vistazo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lecciones de matemáticas para 'localadictos'

Me he pasado una buena parte de mi vida adulta argumentando que las exportaciones agrarias pueden ofrecer oportunidades para el desarrollo. Y siempre me he topado con la sútil desafección ("neoliberal peligroso", "colonialista agrícola") de los movimientos sociales más activos este ámbito. Uno de los reproches más amargos es el de las "millas aéreas", que acusa a cualquier consumidor de comida importada de responsabilidad directa en el calentamiento global. En según qué foros, defender la exportación de vegetales africanos es como declararse un entusiasta de las relaciones con menores.

Por eso (y porque siempre destaco las piezas que me dan la razón) he leído con gusto este artículo publicado por Stephen Budiansky en el New York Times. Tras explicar porqué el transporte mayorista de alimentos es una miseria energética en comparación con lo que se gasta en desplazarse al supermercado y cocinarlos, el artículo termina de este modo:
Comer productos locales es algo estupendo en muchos sentidos. Pero no es un fin en sí mismo, ni una virtud en sí misma. La relativa nimiedad de nuestro presupuesto energético que gastamos en la agricultura moderna es una de las inversiones energéticas más inteligentes que podemos hacer, cuando consideramos honestamente los retornos que produce para nuestra tierra, nuestra economía, nuestro medioambiente y nuestro bienestar.
Así que imagínense si también tenemos en cuenta la riqueza y los puestos de trabajo que las exportaciones agrarias generan en los países pobres. No vale cualquier exportación ni en cualquier circunstancia, pero los matices son aplicables en ambos sentidos. Recuérdenlo la próxima vez que deban elegir entre los plátanos de Canarias y los de Costa de Marfil.