lunes, 17 de mayo de 2010

Y, sin embargo...

El Partido Popular tardaba demasiado demasiado tiempo en exigir un mayor recorte de la ayuda al desarrollo, esta vez de €470 millones adicionales (el discurso completo de Mariano Rajoy está aquí, expuesto con su habitual chispa; absténganse de manejar maquinaria pesada después de leerlo). Nada que se salga del guión tradicional de los conservadores europeos, con la sorprendente excepción de los británicos, cuyo nuevo Gobierno ha propuesto blindar los compromisos de cooperación internacional.

Y, sin embargo, fíjense en el curioso resultado de la encuesta que publica hoy El País a propósito de las medidas de ajuste propuestas por el Gobierno:



Han leído bien: dos de cada tres encuestados del Partido Popular están en contra de disminuir la AOD española (los del PSOE se quedan casi uno a uno). Podría pensarse que el votante conservador se opone a cualquier medida del Gobierno por razones políticas, pero la respuesta a otras preguntas sugiere un panorama mucho más matizado.

Me dirán que no hay que fiarse del cariño de los electores por la cooperación internacional. Si se trata de elegir entre los pobres propios y los ajenos, los ciudadanos lo tienen claro, y en esto no hay muchas distinciones entre las tribus ideológicas. Pero el asunto es menos evidente cuando existe la opción de pasarle la cuenta a otros. Se trata, simplemente, de trasladar la carga principal del ajuste a quienes tienen más capacidad de aguantar el golpe. Los socialistas ya han demostrado que aplican sus recortes con el mismo criterio que concedieron los beneficios: con independencia de la situación económica de los afectados. Ahora queda saber si en este tema el PP va a optar por la caricatura neandertal modelo Díaz-Ferrán o seguir el ejemplo de sus primos británicos.

1 comentario:

  1. Bien visto, es muy cierto que a menudo el discurso de los partidos políticos se aleja de los deseos de sus votantes.

    A mí lo que me gustaría es que el PSOE aclarara qué proyectos de la AECID van a ver reducidos sus presupuestos y si algunos de ellos va a eliminarse directamente. Porque si se están gastando el dinero para dejar los proyectos a medias, es dinero tirado a la basura. Ni se adelanta nada en los países receptores, cuyos beneficiarios verán como se les quita el caramelo de un plumazo, ni en España, cuya imagen se verá seguramente resentida en esos países.

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