martes, 14 de diciembre de 2010

Tras Cancún, contengamos la respiración

Los informes y valoraciones más fiables de la Conferencia de Cancún coinciden en un punto fundamental: los países negociadores han reconocido la envergadura del problema y sentado las bases para un acuerdo multilateral. Tal como estaba el patio, no es poca cosa, pero no conviene sacar las botellas hasta saber cuánto de todo esto se verá materializado de aquí al COP17, que tendrá lugar el próximo año en Durban (Sudáfrica).

La lista de joyas de esta cumbre incluye:

  • Un acuerdo para limitar el calentamiento global a los 2ºC (con una posibilidad remota de considerar el límite de 1,5º que piden las ONG y los científicos). Eso supondría que los principales contaminadores (con EEUU a la cabeza) deben aceptar recortes de entre un 25 y un 40% en sus emisiones para el año 2020, lo cual sería una consecución histórica. 
  • Un Fondo Verde global para la financiación de los gastos de adaptación y mitigación del cambio climático en los países en desarrollo. Los números no están claros todavía, pero el paso tiene una importancia extraordinaria. Oxfam ha calculado que los costes de adaptación (sobre todo de los países más pobres) y mitigación (sobre todo de las economías emergentes) rondaría los 100.000 millones de dólares anuales en cada caso, así que háganse ustedes una idea.
  • Un mecanismo para proteger zonas forestales y vincularlas a la financiación del clima. Esta herramienta (conocida como REDD) ofrece para los países pobres un enorme potencial de recursos, pero también la amenaza de que la expansión de zonas forestales se haga a costa de las tierras más productivas de las comunidades campesinas.

Como señala el bien informado blog Political Climate, una de las claves del acuerdo ha sido la calculada ausencia de los líderes de los países negociadores, cuya lucha de egos en Copenhague convirtió la cumbre en un circo de tres pistas. Uno quisiera pensar también que, a pesar del entusiasmo mediático de escépticos e idiotas, la idea de que trotamos alegremente hacia un verdadero cataclismo planetario ha empezado a cuajar en ministerios y empresas. Pero, como les decía, esperemos a Durban. Nunca es tarde para una buena decepción multilateral. (Y, si no, pregúntenle al Ministro Sebastián, que recibió estas buenas noticias mientras firmaba un nuevo paquete de ayudas al carbón, responsable del 50% de las emisiones en España. Eso es lo que adoro de este Gobierno: su desparpajo.)

1 comentario:

  1. Algún apunte extra al sabroso análisis de Cancún.

    1- Contentarse porque uno sigue existiendo puede parecer un poco falto de ambición, pero los colegas de UNFCCC se congratulan de eso, de que no se haya escapado el bebé por el sumidero. Tal como hablan, cada COP parece que va a ser la última… Así que, bueno que sigamos en la honda.

    2- De las cosas más interesantes de la cumbre de Cancún es el empuje al portafolio de mitigación, que va más allá de lo forestal. No en los países industrializados (para qué seguir tonteando con torpes promesas?), sino en los países en transición y en desarrollo. La preparación de los NAMAs (estrategias de mitigación) viene íntimamente ligada al concepto de desarrollo de bajo consumo. Parecerá de perogrullo, pero es una buena noticia que se asiente la lucha contra el cambio climático como algo indisociable del término desarrollo (no siempre ha sido así). Si estas estrategias se ponen rápidamente en marcha, y efectivamente el Fondo Verde Global se dota de fondos, serán buenas noticias para la agenda de cambio climático, pero sobre todo lo serán para la agenda del desarrollo. Máxime en este contexto donde la Ayuda Oficial al Desarrollo va en caída libre, es importante que el caudal de los fondos etiquetados “cambio climático” se utilice sabiamente para apoyar el desarrollo (no sólo la inversión o el crecimiento) en los países menos adelantados.

    3- A pesar de lo que predecían los más agoreros (el adiós al régimen de Kyoto), las alteraciones propuestas al mercado de carbono han sido mínimas y favorecedoras a los mercados. Por ejemplo la inclusión de los “proyecto sumidero” (Carbon Capture Storage) en la lista de elegibles como Mecanismos de Desarrollo Limpio. Una vez más se constata el gran respeto que nuestros gobiernos profesan hacia Don Mercado, a diferencia del desprecio que Don Mercado profesa hacia nuestros gobiernos (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/mercados/CO2/ignoran/cumbre/clima/elpepisoc/20101209elpepisoc_4/Tes).

    4- Al final, como casi todo en desarrollo, la cosa mejoraría sustancialmente con "un poco de azúcar en la píldora que os dan...": eso que llaman “buen gobierno”. El asunto de la "Gobernanza Global" (palabro, perdón) también está en el tapete del clima. Revelador, en mi opinión, el que el G77 se haya resistido entre bambalinas y cual gato panza arriba a que sea el Banco Mundial la entidad administradora del futuro “Fondo Verde Global”. Lo será igualmente de manera interina (la realidad es terca y dura y no parece que hubiera muchos más ases en la manga) hasta que se establezcan los mecanismos de gestión definitivos, pero si yo fuera Robert Zoellick me preguntaría de dónde sigue emanando tanto cariño hacia una institución cuyo eslogan es sin embargo “trabajando por un mundo sin pobreza”.

    5- Y termino con una "kind correction", que dirían los amigos de Oxfam GB: EEUU ya no es el máximo emisor de CO2. China tiene los honores desde hace ya algún tiempo (no así en emisiones per cápita donde EEUU sí sigue a la cabeza). Entiendo que la "prochinez” puede llegar a ser cegadora, pero seguro que unos tipos con una nombre tan simpático como "Union of concerned scientists" te convencen con sus datos http://www.ucsusa.org/global_warming/science_and_impacts/science/each-countrys-share-of-co2.html

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