Una de las imágenes menos edificantes de los conflictos internacionales es la un embajador español dando explicaciones a los medios de comunicación: 'Sí, hay centenares de muertos y de heridos, el acceso a internet ha sido bloqueado y las detenciones de opositores son masivas. Pero, oiga, no vayan a preocuparse: los españoles residentes están bien y ya hemos previsto la evacuación de turistas'. En esencia, esto es lo que se ha dedicado a hacer nuestro Ministerio de Exteriores desde el comienzo de las crisis en Túnez y Egipto. Eso, e insistir en que no ven riesgo de que estos alborotos "se contagien" a Marruecos, que es lo que realmente nos importa.
Sería todo muy cómico si no hiciese tan poca gracia. El de España es un caso de esclerosis de la política exterior que ya se ha manifestado en otras ocasiones -como Venezuela o Guinea- y que en el Diccionario de la Diplomacia Inútil se denomina "no injerencia" (contra el régimen, porque sus víctimas se sienten más que injeridas por omisión).
Pero consuélense pensando que en otros casos están aún peor. Al menos eso sugiere esta aclaratoria entrada de Bill Easterly en el blog de Aidwatch: La brigada de los dobles raseros va a Egipto.
Sería todo muy cómico si no hiciese tan poca gracia. El de España es un caso de esclerosis de la política exterior que ya se ha manifestado en otras ocasiones -como Venezuela o Guinea- y que en el Diccionario de la Diplomacia Inútil se denomina "no injerencia" (contra el régimen, porque sus víctimas se sienten más que injeridas por omisión).
Pero consuélense pensando que en otros casos están aún peor. Al menos eso sugiere esta aclaratoria entrada de Bill Easterly en el blog de Aidwatch: La brigada de los dobles raseros va a Egipto.
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