martes, 8 de febrero de 2011

La botella medio llena


Cómo ha cambiado mi España, querido Durruti... Cuelgo hace un par de días una entrada cáustica sobre los obispos y lo más que recibo son unas pocas felicitaciones. Pero, ¡ay, quien se meta con el agua embotellada! ¡Por ahí no pasan! Y como resulta que la contestación que he recibido de una amiga está  bien informada y ofrece un punto de vista inteligente, se la ofrezco aquí al completo. No estoy seguro de aceptar todos sus argumentos, pero está claro que su autora conoce bien la sutilezas de un consumo responsable:
Vivimos en una época donde la sobrecarga informativa es impresionante. Nunca antes tuvimos acceso a tanta información y tan rápido.
Entre toda esa información que nos llega resulta difícil distinguir cuál es veraz y cuál no, cuál es limpia y pura, y sólo persigue un fin informativo y cuál es tendenciosa, dirigida por algún colectivo que persigue un bien especifico, normalmente vinculado a posicionar sus productos y echar a sus competidores fuera del mercado.
Ayer se publicaba aquí una entrada sobre el agua embotellada. Hace un par de años tuve la oportunidad de trabajar para los embotelladores de agua españoles y aprendí muchas cosas sobre el agua embotellada que no se mencionan en el documental.
Lo primero es que hay muchos tipos de agua embotellada. En España el agua embotellada es mineral natural, no tratada, extraída directamente de manantial. En general se trata de un negocio con una distribución de carácter regional que además asegura la conservación del entorno circundante al manantial. Esto nada tiene que ver con las aguas que se consumen por ejemplo en Estados Unidos, que son aguas tratadas y precedentes de fuentes muy diversas (algunas incluso del propio grifo).
Otro de los puntos importantes es que el agua embotellada no compite con el agua de grifo. No sería justo comparar un bien de primera necesidad como es el agua de grifo, al que todo el mundo tiene derecho, con un bien de consumo opcional como es el agua de botella, que estaría mas bien dentro del sector del refresco. Es decir, que a la hora de consumir un refresco, podemos elegir entre una Coca-cola, que por cierto también va embotellada en un PET, no nos olvidemos de esto, o un agua, que además en el caso de España es mineral natural.
Cierto es que algunos restaurantes nos ponen botellas de agua mineral natural en lugar de agua de grifo, pero aquí hay dos cosas a tener en cuenta: la primera es que las botellas que se usan en restauración suelen ser de cristal, reutilizables o/y reciclables, por lo que la controversia del envase no tiene cabida, y por otro lado, que nadie nos obliga a ir a dichos restaurantes, podemos elegir y exigir, y se trata de una opción de consumo, no de un derecho básico.
Dicho esto en realidad sólo quiero llamar la atención sobre el hecho de que estamos rodeados de sistemas de envasado que son un desastre absoluto, como los que ofrecen los supermercados para 4 manzanas, o 5 lonchas de jamón, o 100 gr de queso. ¿No les resulta curioso que a día de hoy no se haya hecho una campaña global contra esto pero desde hace años haya un feroz campaña contra el agua embotellada? Y, ¿por qué no una campaña contra la Coca-cola o la Fanta que también están embotelladas en PET? Imaginemos por un instante que el agua embotellada desaparece… creo que dicho esto no hay mucho más que añadir.
Ayer publiqué un controvertido artículo sobre la homeopatía, incidiendo en este mismo enfoque: el consumo es democracia, podemos elegir, y las grandes multinacionales lo saben muy bien y llevan años dedicando mucho esfuerzo y dinero en ganar nuestro voto. No lo olvidemos, seamos cautos.

5 comentarios:

  1. Con todo respeto, estas palabras sobre las bondades del agua embotellada me parece que no responden a las críticas que el vídeo anterior presentaba y da argumentos débiles o absurdos.

    1. Que el negocio del agua embotellada sirva para conservar la naturaleza alrededor del manantial de donde se extrae no quiere decir que el negocio sea bueno o sostenible, sino que a la empresa le interesa que esa zona esté protegida. Un manantial de agua fresca debería estar protegido siempre independientemente de que produzca beneficios a unos accionistas: para eso tienen que estar las leyes, no las empresas.

    2. Comparar el consumo de agua embotellada con el de Coca Cola no es serio. Se bebe agua embotellada en lugar de agua corriente. El vídeo, y el sentido común, explica que no se trata simplemente de una opción del consumidor. Por un lado la oferta, a través de una publicidad a veces engañosa, crea la demanda. Por otro la falta de inversiones públicas empuja a los consumidores hacia la opción más cara y medioambientalmente más sucia.

    3. El argumento final no se sostiene: que haya otros envases nocivos para el medio ambiente no quiere decir que no se deba denunciar el absurdo del agua embotellada. Ojalá hubiera lo que usted llama una 'feroz campaña' contra el agua embotellada. Desgraciadamente no es un tema que acapare los medios de comunicación.

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  2. Como dice la ¿contraréplica? en España el agua es mineral natural, efectivamente, ahí radica uno de los principales problemas.
    Como muestra les dejo unas breves líneas de un artículo más extenso:
    Este año por primera vez se ha secado el río Cambrones, en la Sierra de Guadarrama. La sequía tiene que ver, pero la captación de 50 litros por segundo de agua hecha por Bezoya (Pascual) es la principal causa, según los vecinos. Ahora, el pantano del Pontón Alto, que recoge las aguas del Cambrones y el Eresma para abastecer a Segovia y a varios municipios cercanos, está seco. El agua huele a cieno y la gente compra agua embotellada por miedo. Si la marca que adquieren es Bezoya, están consumiendo el agua que les fue sustraída por la multinacional unos kilómetros antes, recogida directamente del manantial. Pero con una diferencia, por cada metro cúbico (mil litros), pagaban a su ayuntamiento unos 30 céntimos de euro; ahora, cada litro de agua embotellada les costará cerca de 0,30 euros. Pagarán a Bezoya mil veces más por un recurso público. La Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Trescasas regalaron al grupo Pascual el manantial por 30 años.
    El debate es mucho más profundo que el envase (que bien me ha queado esta última frase)

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  3. ¿El agua embotellada en España procede de manantiales? Será el de las empresas españolas, porque el agua de Pepsi (Aquafina) es agua de grifo tratada. Léanlo en las etiquetas.

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  4. Muy interesantes comentarios. Muchas gracias. Me voy a asegurar de que la autora los reciba. Un abrazo.

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  5. El problema, no es de Bezoya, ni de el grupo Pascual, pues ellos tienen todo el derecho de establecer un negocio, si respectan las leyes. De hecho creo que es de mal gusto achacar a las empresas que se establecen segun las leyes, los problemas derivados de una mala política.
    El problema es más bien legal y sobre la aplicación de leyes. En España el problema de los acuíferos no es nuevo y solo sale a la luz de la opinión pública cuando hay un escándalo, ya sea éste o como el que hubo en las Tablas de Daimiel.
    Para tener unos acuíferos decentes, debemos controlar el nivel de los acuíferos y la calidad del agua.
    -El nivel:
    En España, 1 de cada dos pozos no están declarados, por lo que se saca mucha más agua de la que se controla. Sabiendo que un acuífero puede tardar cientos de miles de años en recargarse, el Gobierno debería gestionar mejor nuestros recursos hídricos. Las leyes, existen, falta aplicarlas e instrumentos de gestión adecuados para ello.
    -La calidad:
    La calidad del agua subterránea depende de muchos parámetros, pero sobre todo de los vertidos que se realicen en los entornos de éstas. Sin embargo, sabemos que en España no existe un control riguroso sobre éstos vertidos . Como referencia dejo éste enlace a un articulo publicado por un Ingeniero de Caminos de la UPC http://upcommons.upc.edu/revistes/bitstream/2099/4199/1/article3.pdf


    Saludos,

    Albert Roger (Ingeniero Químico)

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