El asunto del que les hablaba el pasado lunes se ha ido enrocando estos días. Encontrarán una explicación más detallada de mi colega Rob Bailey en esta entrada y una contestación del autor inicial de los reproches a Oxfam en esta otra.
Insisto en este asunto porque no solo explica bien los dilemas económicos y sociales del precio de los alimentos, sino las dificultades que encuentran organizaciones y expertos para abordarlos de forma adecuada. Confío en no aburrirles.
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