martes, 27 de abril de 2010

Una epifanía de tipo agrícola (y disculpen la extensión)

Víctima del volcán, la semana pasada tuve que hacer el trayecto Oxford-Madrid en tren, disfrutando de las ventajas de los ferrocarriles modernos y del exotismo de los sindicatos franceses. Fue allí, con mi boina y mis gafas de pasta, mientras contemplaba el cambiante paisaje de la campiña europea en plena explosión primaveral, donde tuve mi epifanía: hay algo profundamente equivocado en la deriva de la política agraria europea.

[Dirán ustedes: "vaya birria de epifanía... eso ya nos lo contó hace varias semanas... es usted un farsante... posiblemente ni siquiera sea francés". Lo sé, y lo siento. Pero no saben lo complicado que resulta encontrar un tono que atrape al lector victoriano tanto como al activista moderno. No se me despisten del tema.]

Que la PAC (Política Agraria Común) tiene problemas, eso ya lo sabíamos. Es un sistema ineficaz, insostenible y profundamente injusto. Y, si consideramos sus resultados en términos de coste de oportunidad, escandalosamente caro. No les voy a aburrir con muchos detalles. Para muestra de lo que pienso, sirva este edificante informe que escribí hace algún tiempo sobre el reparto de las ayudas agrarias en España.

La cuestión ahora es que nos enfrentamos al nuevo proceso de reformas que la Comisión Europea ha lanzado a bombo y platillo. La enésima reforma viene precedida de una ampulosa llamada al debate social y de artimañas publicitarias tan poco útiles como que "nueve de cada diez europeos consideran que la agricultura es muy importante". Claro... y si les preguntasen por el café con leche o por los notarios esas cifras serían incluso más altas (bueno, quizás no en el caso de los notarios). Oponerse a la agricultura es como oponerse al agua corriente y eso explica el entusiasmo de los encuestados.

En cambio, si las preguntas fuesen: "¿Está usted de acuerdo con que en España el 20% de los agricultores más ricos (muchos de ellos meros terratenientes) se embolse la mitad de los casi 7.000 millones de euros anuales que cuesta la PAC en nuestro país, mientras miles de pequeñas explotaciones son abandonadas cada mes dejando el territorio a merced del pasto o de los promotores inmobiliarios?". Si ha contestado 'no' a la primera pregunta, piense en otra más breve: "¿Se le ocurre alguna manera mejor de gastar ese dinero?".

En mi opinión, ésas son las preguntas que hay que hacerse, porque estamos hablando de cantidades muy importantes de recursos públicos y de uno de los ámbitos más críticos de la vertebración social, territorial y medioambiental de nuestros países. Creo que el medio rural merece todo el apoyo que necesite por parte de las instituciones públicas, pero de ahí a dar por sentado que estamos obligados a financiar ad aeternum a un sector que se sienta sobre sus privilegios adquiridos existe un trecho. Un trecho que yo no quiero recorrer.

Así que, si padecen ustedes mi improbable interés por estas cuestiones, les propongo cuatro reflexiones mañaneras para encarar con salud e inteligencia la próxima reforma de la PAC:

1) No caigan ustedes en la trampa dialéctica de los gobiernos europeos sobre la PAC y "el mercado", un lenguaje tan al gusto de la moda. No hace falta un doctorado en economía para entender que donde hay ayudas masivas y fronteras herméticas el mercado sufre distorsiones, pero mi colega Javier Pérez -del Área de Estudios de Intermón Oxfam-, ha puesto números a este axioma con un ilustrativo trabajo sobre el efecto que ha tenido la última reforma de la PAC, orientada a 'alinear la producción con los signos del mercado': de acuerdo a sus cálculos (que publicará en breve), la introducción de ayudas "desvinculadas" de la producción no sólo ha permitido a Europa sostener su producción de lácteos y cereales, sino que las exportaciones se han incrementado en ambos casos (más de un 35% entre 2006 y 2008, en el caso de los cereales).

En otras palabras: el único parecido entre la agricultura europea y el libre mercado está en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas que describen los ministros del ramo. Porque, si se trata de competir, compitamos sin ayudas con los exportadores más eficaces (como los cerealistas brasileños o los azucareros de Mozambique) y asumamos las consecuencias. ¿O no es eso lo que reclamamos cuando queremos vender servicios de telefonía en América Latina?

2) Si aceptamos que se trata de un sector intervenido y protegido por las instituciones públicas (lo cual a mí me parece muy bien, quede claro), el objetivo entonces no debe ser producir para competir, sino someter la política agraria europea al interés público y a nuestros compromisos internacionales: sostenimiento del tejido económico y los servicios públicos de las zonas rurales, protección del medioambiente (incluyendo una reducción drástica de las emisiones de carbono) y respeto a los compromisos de Europa en materia de desarrollo. En parte, estos objetivos pasan por proteger a la agricultura y a los agricultores que cumplen su parte del contrato, pero tiene que ir más allá de eso. Necesitamos una Política Rural Europea, que es algo mucho más complejo y necesario que una política agraria.

(El lector avispado habrá notado que en la lista de bienes públicos no he incluido el objetivo de producir para abastecer por completo los mercados europeos. Francamente, no creo en eso que llaman la 'soberanía alimentaria' porque no creo que nuestros mercados nos pertenezcan; del mismo modo que rechazo la preeminencia de un español frente a un extranjero a la hora de trabajar en nuestro país. Un mercado cerrado es una oportunidad perdida para productores del mundo en desarrollo, y ésa es una decisión que debe estar muy bien justificada.)

3) Dicho esto, no tengo muchas esperanzas de que la PAC tome la deriva que les acabo de sugerir, porque el sistema ha demostrado ser impermeable a cualquier cuestionamiento fundamental de los privilegios adquiridos. Más que ningún otro sector de nuestras economías, la agricultura es un coto privado de los poderosos lobbies agrarios que han hecho del sistema de ayudas un modo de vida. En esto no hay diferencias esenciales entre productores grandes y pequeños, aunque es evidente que los últimos son los principales perdedores de este sistema.

Con muy pocas excepciones, los ministerios de agricultura europeos son meros gestores de este proceso, demostrando una incapacidad desoladora para ponerse al frente de sus políticas y dar un giro de timón. España, ay, es un ejemplo paradigmático de esta tara. La creación de un gran ministerio que aglutinase los objetivos agrarios y medioambientales de nuestro país fue una buena idea, pero todo se fue al traste cuando el Presidente Zapatero se deshizo de Cristina Narbona y dejó la política rural a merced de la esclerosis ideológica que representan Elena Espinosa y su equipo.

4) Si existe alguna posibilidad de que esto cambie, lo primero es garantizar la transparencia del sistema. En los últimos años se han dado pasos modestos para despejar la bruma insoportable que rodea todo lo que tiene que ver con las ayudas de la PAC, pero aún estamos muy lejos de contar con la información que exige un debate serio sobre una política pública tan fundamental. Si tienen tiempo, échenle un vistazo a Farmsubsidy.org, un esfuerzo titánico de un grupo de periodistas y organizaciones por abrir las cortinas de la agricultura europea. Pero aún están lejos de lograr la transparencia estadística de los estadounidenses, gracias a la cual el Environmental Working Group ha creado esta joyita para ciudadanos inquietos.

[Eso me recuerda, por cierto, que entre las muchas promesas incumplidas de este Gobierno está la de llevar al Parlamento una ley de transparencia y acceso a la información similar a la de otros países europeos. Habrá otra oportunidad de hablar de este asunto.]

sábado, 24 de abril de 2010

Barro de Medellín

Muchos de ustedes, sufridos lectores, se enfrentarán como yo al reto de educar a nuestros hijos en la idea de un mundo que necesita cambios de arriba a abajo. Si éste es el caso, les sugiero una lectura para compartir con su familia: Barro de Medellín, de Alfredo Gómez-Cerdá.



Esta soberbia novela -premio nacional de literatura infantil- relata la amistad de Camilo y Andrés, dos chavales de 10 años que viven en una de las barriadas marginales de Medellín. Es una historia de pobreza y abandono, y al mismo tiempo es un relato profundamente esperanzador. Los héroes son una bibliotecaria empeñada en salvar a unos niños a base de dejarse robar libros, y un pariente ausente, muerto a tiros por el narco, al que Camilo y su madre recuerdan siempre sonriendo.

La barriada Santo Domingo de Medellín, sus calles sin asfaltar y su improbable biblioteca España constituyen el mundo que nuestros amigos no cambiarían por nada. Recórranlo con sus hijos y compartan con ellos la ternura que derrochan Camilo y Andrés cuando, refugiados de la lluvia y del maltrato bajo un trozo de latón, se confiesan el uno al otro: "hemos tenido suerte".

miércoles, 21 de abril de 2010

Fronteras movedizas: Enric González estrena blog sobre Israel y Palestina

Uno de los periodistas más agudos e interesantes que pueblan la prensa en español acaba de abrir un blog desde su corresponsalía en Jerusalem para El País. No se pierdan las reflexiones de Enric González, que presenta su espacio con todas las certezas éticas y las incertidumbres políticas que merece este asunto:

El artilugio que llaman blog suele aspirar adifundir ideas y suscitar debates, lo que conlleva una evidente complejidad. Por fortuna, aquí deberíamos estar liberados de complicaciones. ¿Ideas? ¿Para qué? Todo el mundo tiene ya la suya sobre el conflicto entre israelíes y palestinosy, más en general, sobre la relación entre occidente y el mundo islámico. En cuanto al debate, tiende a convertirse en una combinación aleatoria e interminable de los términos “nazi” y “terrorista”. La moderación y el sentido común equivalen a traición y entreguismo. Al enemigo, ni agua.
O sea, que la cosa está resuelta desde el principio.
En este espacio, por llevar la contraria y por tener algo que contar, aunque sea gratis, consideraremos que no existen ni el blanco ni el negro, que nadie tiene toda la razón y que las cosas sí son muy complicadas. Ojo, hay ocupantes y hay ocupados: de eso no vamos a olvidarnos.

martes, 20 de abril de 2010

Una respuesta inteligente (pero inquietante) a la entrada sobre la carrera armamentística en América Latina

Hace unos días criticaba al Comandante Chávez por su prodigalidad con el gasto militar. Mi colega Asier Hernando me envía desde Bolivia este otro punto de vista, informado e inquietante:

No voy a ser yo ni quien defienda el caudillismo de Chávez ni la escalada militar de América Latina. Me encantaría que esta región y el mundo aprendieran de Costa Rica, país sin ejército, pero lamentablemente y como bien sabes, la geopolítica no funciona así.  Gran parte de la escalada militar de América Latina comenzó cuando EEUU anunció que instalaría cinco bases militares en Colombia, y la región tiene razones para preocuparse.
En mayo de 2009, para obtener el Departamento de Estado de EEUU el financiamiento que necesitaba para acondicionar una de las bases en Colombia, el informe presentado al Congreso de EEUU decía: “El desarrollo de esta base militar brinda una oportunidad única para un amplio espectro de operaciones en una subregión crítica de nuestro hemisferio, donde la seguridad y la estabilidad están bajo la constante amenaza de insurgencias narcoterroristas, de gobiernos anti-estadounidenses, de una pobreza endémica y de constantes desastres naturales”. Por otra parte, Bogotá anunció la creación de una nueva división (12.000 hombres) en la frontera con Venezuela y una nueva base militar en el mismo lugar. Panamá anunció también que EEUU instalará dos (e incluso tal vez cuatro) bases navales en el país. A esto se suma que, desde finales de año ha habido varias provocaciones, cazas de EEUU sobrevolando Venezuela, aviones teledirigidos colombianos…
Como dijo Lula hace unos meses, no es Estados Unidos quien debe temer a Venezuela sino Venezuela a EEUU. La actitud de la región ha sido así reactiva y esto es importante tenerlo claro. No creo que tenga América Latina el victimismo cubano, que achaca todos sus problemas al embargo y al “imperio”, pero sí hay preocupación por la actitud que puedan tener las facciones más reaccionarias de EEUU, igual que tuvieron con Honduras, aunque con más o menos sutileza.  
 En fin, tratando de dejar de lado todo discurso ideológico, comparto contigo que es una lástima que estos países estén invirtiendo tanto en armamento con todos los problemas que tienen, pero revisando la intromisión que sufrieron en el pasado y las provocaciones del presente, puedo incluso comprenderlo y me resulta injusto que culpemos a Venezuela, Brasil o Chile sin hacerlo a Colombia, Panamá y EEUU. 
Sigo pensando que la deriva militar de los gobiernos latinoamericanos es una doble victoria del intervencionismo estadounidense (por lo que hace y por lo que obliga a hacer a los demás). Y también creo que es obligación de la sociedad civil oponerse a ello en cualquiera de los casos. Pero no cabe duda de que no hay un único modo de mirar este asunto. Le agradezco a Asier que se haya tomado el tiempo de sugerirlo.

lunes, 19 de abril de 2010

Sobre lo de ayer

Mi colega Chris Reboul me llama la atención sobre el título del capítulo 5 del Manifiesto Laborista para las elecciones de 2010: "Crimen e Inmigración: Fortaleciendo nuestras comunidades y asegurando nuestras fronteras". ¿Entienden por qué Bossi no se siente tan solo?

[Con esto de las recetas políticas sobre inmigración me pasa lo que en el chiste de Eugenio: un tipo entra en una droguería y pregunta "¿Tienen algo bueno para las moscas?". El dependiente contesta de inmediato "Claro, señor; tenemos DDT, Raid y otros muchos insecticidas". Entonces el cliente responde espantado: "Pero ¿qué dice, animal?... ¡eso las mata!".]

domingo, 18 de abril de 2010

La frescura de Bossi

Debo reconocer que la impudicia de Umberto Bossi, líder de la Liga Norte italiana, resulta refrescante. Ésta es una de las perlas de la entrevista que publica El País en su edición de hoy:
La gente quiere mantener sus puestos de trabajo. La izquierda dice que acojamos a todos los inmigrantes, pero ahora no tenemos trabajo para ellos. No es un discurso xenófobo, de superioridad de una raza sobre otra. El problema es que no hay trabajo suficiente para todos. Es cuestión de no crear situaciones que generan criminalidad. Es fácil que quien no tiene empleo, ni dinero, ni comida, se transforme en delincuente.
A renglón seguido, y preguntado sobre el derecho al voto de los inmigrantes regulares, el bueno de Umberto responde rápido, directo y con un giro irónico:
No, no, para nada. Votan los nuestros. Y que voten a la Liga.
Extraordinario. La frescura no está el contenido de las políticas que propone, naturalmente. En eso se le adelantaron ya buena parte de los partidos políticos europeos, a derecha e izquierda. No; lo refrescante de Bossi es que expresa con todas las letras lo que muchos otros esconden tras un discurso brumoso sobre los límites de nuestra expansión social. Plantea limpiamente su visión de una Italia segregada de acuerdo a las oportunidades económicas, y lo hace con la certeza del rédito electoral. Es el mundo del determinismo social, en el que los inmigrantes (napolitanos o senegaleses) encajan en la medida en que los patronos del norte 'padano' lo decidan. Un mundo demasiado parecido a la Europa que estamos construyendo.


[Atentos, por cierto, al modo en el que van a caer sobre el candidato británico liberal-demócrata -Nick Clegg- por su idea de regularizar la situación de cerca de un millón de inmigrantes que viven en el Reino Unido. Su éxito en el debate del jueves le pone en el punto de mira y este asunto no va a pasar desapercibido.] 

miércoles, 14 de abril de 2010

Más sobre Suráfrica y el problema pendiente de la tierra

Mi amigo y compañero en Oxfam Jose Barahona -que conoce muy la región del sur de África, donde ha vivido muchos años-, escribe este interesante comentario a mi entrada de ayer sobre Julius Malema. Todos los matices que a mí me faltaron:
"Efectivamente este tipo es inquietante, pero cuidado: en Sudáfrica hay un problema enorme de tierras que no está resuelto y al que nadie se ha atrevido a meterle mano. He trabajado a veces con el Landless Movement [Movimiento Sin Tierra] de Sudáfrica y ellos explicaban cómo Mandela y el ANC eran básicamente de base urbana, de los guetos de las grandes ciudades, trabajadores proletarios, no campesinos; no fue un movimiento campesino. Por eso, a la hora de negociar con el apartheid no pusieron el tema de la tierra en la mesa de negociaciones.

Si vas por Sudáfrica en coche pasas por fincas enormes, verdes, con regadio, SIEMPRE de familias blancas, 99% boers. Luego ves las tierras secas y hechas polvo donde se agolpan pequeños huertos sin regadío de los negros. Es demasiado evidente y es un milagro que eso no haya explotado ya. Hay que recordar que esos Boers, generaciones atrás, ocuparon la tierra por la fuerza echando a tiro limpio a sus habitantes, y que en el apartheid (hace no tanto) con las leyes de los bantustan, se siguió expulsando a mucha población negra entregando tierra a precios irrisorios a los boers. El ANC, de base urbana, no ha hecho de esto una prioridad en los años que lleva en el Gobierno.

Está claro que hay que redistribuir tierras en Sudafrica, sí o sí. O se hace bien, con un plan realista, poniéndolas a nombre de campesinos de la zona, dándoles medios para que sigan productivas; pero se hace y ya, o se hará a las bravas como en Zimbabwe, con consecuencias catastróficas. Pero alguien tiene que hacerlo, el status quo es injusto e insostenible. Hay miedo en SA para meterle mano a este tema tan sensible, pero el no hacerlo es todavia mas peligroso.

Un tipo del Landless movement me dijo: 'El ANC ha liberado Sudafrica, pero no su tierra. Zamora Machel en Mozambique consiguió liberar el País y su tierra' (Zamora nacionalizó todas las tierras y los grandes terratenientes portugueses perdieron todo en 2 meses y se volvieron Portugal, o a seguir haciendo lo mismo en SA, donde hasta hoy hay una colonia portuguesa importante)."

martes, 13 de abril de 2010

El pasado de Nelson Mandela... ¿y el futuro de Robert Mugabe?

Éste es el inquietante titular que utiliza el diario británico The Guardian para describir a Julius Malema, la estrella ascendente de la liga juvenil del ANC y uno de los hombres de confianza del Presidente Jacob Zuma. El discurso abiertamente incendiario y racista de Malema provoca sorna y disgusto a partes iguales, pero pocos dudan del poder creciente de este personaje, que se permite insultar y expulsar a un periodista de la BBC de una rueda de prensa o celebrar su multitudinario cumpleaños a golpe de Moët & Chandon.

Los excesos de Malema representan el abismo al que se asoma la tercera generación de líderes negros en la joven democracia surafricana. En un país en donde la mayor parte de la población negra continúa atrapada en la pobreza y la falta de oportunidades, el ascendiente moral y la tregua racial que impuso Nelson Mandela pueden volatilizarse con su muerte. Mientras se enriquece utilizando su posición en el partido, Malema reclama 'África para los africanos' y promete seguir los pasos de Mugabe en la expropiación y expulsión de granjeros blancos. Sus críticas alcanzan a los viejos líderes de la lucha contra el apartheid, a los que acusa de reaccionarios, y muchos jóvenes ven en él un modelo para la revolución pendiente del siglo XXI.

Otros, sin embargo, ven en esta deriva el mismo fantasma corrupto y belicista que se ha apoderado de Zimbabue y de otras muchas naciones africanas. Como ha señalado el escritor Zakes Mda refiriéndose a la nueva élite enriquecida del ANC, "en este nuevo mundo, la acumulación de riqueza personal se disfraza de militarismo, como si el capitalismo fuese la continuación de la guerra de guerrillas que se libró durante el apartheid". Del modo en que el Presidente Zuma y otros líderes nacionales respondan a este reto dependerá en gran medida el futuro de la democracia surafricana y su papel como líder regional.

viernes, 9 de abril de 2010

Hay vida después de la reforma sanitaria; Chad visto por un poeta; y humanitarios con sentido del humor: vínculos que me gustaron

- Michael Clemens (del que soy fan entusiasta), comenta la marcha por la reformamigratoria en los EEUU. Se produjo frente al Congreso estadounidense exactamente el día en que se aprobaba la nueva Ley de Sanidad. El mensaje: hay vida tras la reforma sanitaria, y la inmigración es uno de los asuntos más importantes.

- La realidad del Chad, vista por un poeta. Gonzalo Sánchez-Terán escribe un soberbio artículo sobre Chad en su blog de poesía de FronteraD (una publicación digital imprescindible, por cierto; hablaremos pronto de ella).

- Si es usted humanitario y es capaz de reírse de sí mismo, este blog puede divertirle. Su autor (un misterioso justiciero de la industria de la ayuda) abusa un poco de los tópicos de la clase business y los hoteles de lujo para cooperantes, pero hay que reconocer que en ocasiones deja al lector informado con una sonrisa amarga.

miércoles, 7 de abril de 2010

Robin Hood ataca de nuevo



Sé que muchos de ustedes llevan semanas sin pegar ojo pensando qué habrá sido de la campaña Robin Hood Tax, de la que hablamos hace unos días en este púlpito. Les comprendo. Pues bien, éste es el fin de sus desvelos: lean en el blog de Duncan Green una puesta al día completa, facilitada por el equipo de Oxfam Gran Bretaña que coordina este trabajo. Les adelanto que las noticias son más que esperanzadoras.

Y, ya que estamos solos, debo hacerles un confesión: he simpatizado desde el principio con esta campaña por su ingenio, su oportunidad, su capacidad para ofrecer ideas refrescantes en el debate sobre la financiación del desarrollo (aunque me sigue inquietando la falta de detalles sobre la aplicación de la propuesta) y, naturalmente, su potencial para generar recursos (recuerden: más de 400.000 millones de dólares). Pero nunca he tenido demasiadas esperanzas de que saliese adelante. La absoluta desvergüenza que han exhibido los bancos, las instituciones financieras y los países ricos durante esta crisis no dejaba mucho margen para el optimismo. Como en ocasiones anteriores, los que provocaron el cataclismo fueron los principales beneficiados de las medidas de rescate, y hoy trasladan a terceros el riesgo y los costes de sus nuevas operaciones, protegidos por las leyes que se han encargado de diseñar.

Es un sistema profundamente endogámico, y por eso me resulta difícil pensar que parte de sus miembros vayan a traicionarlo. La buena noticia es que podría estar completamente equivocado.

Pero dejemos a un lado el diván y divirtámonos un rato. Una nueva entrega de los vídeos de la campaña por una Tasa Robin Hood, esta vez de la mano de Sir Ben Kingsley. Ya saben que pueden apoyar esta campaña entrando aquí.

martes, 6 de abril de 2010

No se me ponga tan gallo, Comandante



De la nota Tendencias en las transferencias internacionales de armas 2009, publicada hace unos días por el Instituto de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI):

Los estados americanos fueron responsables de un 11% de las importaciones de armamento convencional de gran tamaño durante el período 2005-09, lo mismo que en 2004-2009. Sin embargo, las transferencias de armas a América del Sur fueron en 2005-09 un 150% más altas que en 2004-09 y las octavas en orden mundial de importancia. (...) La adquisición de armas en América del Sur continuó siendo una fuente de tensiones, y varios comentaristas advirtieron del riesgo de una potencial carrera armamentística en la región.

Las compras de armamento y material bélico rusos por parte de Venezuela pueden ascender a más de 5.000 millones de dólares (3.700 millones de euros), según ha dicho el jefe de Gobierno ruso, Vladímir Putin, en una reunión dedicada la modernización de la industria bélica.
Ante los responsables políticos y económicos del sector, Putin ha explicado que los pedidos venezolanos serán distribuidos entre 13 empresas clave de la industria armamentística, localizadas en diferentes partes del Estado. El jefe del Gobierno acaba de regresar de su primera visita de trabajo de un día a Venezuela, durante la cual se firmaron 31 acuerdos bilaterales.
¿Qué parte del espíritu bolivariano impulsa a Chávez a pasearse de la mano de un imperio venido a menos, pero con las botas puestas, como el ruso (o ya puestos, de la de una autocracia islamista como la iraní)? Como se descuide, el régimen venezolano va a desarrollar similitudes que van más allá del antagonismo con EEUU.
¿En qué va a acabar la escalada militar de la región (porque ésa es la verdaderamente preocupante; la retórica difícilmente puede enconarse más)?
¿Qué opinan los movimientos sociales pro-Chávez de esta deriva militarista y de sus consecuencias para el gasto público? Incluso en los ambientes revolucionarios más vanguardistas un gráfico como éste hará rascarse la cabeza a más de uno:





lunes, 5 de abril de 2010

Nueve límites planetarios

De la revista científica Nature, sobre el artículo que publican Johan Rockstrom y otros científicos en su número de septiembre de 2009 (ver artículo y comentarios aquí):
Para evitar cambios medioambientales catastróficos la Humanidad debe permanecer dentro de unos 'límites planetarios' definidos para una serie de procesos sistémicos esenciales de la Tierra. Si uno de esos límites es superado, entonces los niveles de seguridad para otros procesos también podrían verse seriamente afectados.
Si esto es cierto, el análisis de estos científicos (que pertenecen al Stockholm Resilience Center) muestra una fotografía inquietante: ya hemos superado tres de las siete barreras para las que existen datos, incluyendo el calentamiento global galopante, y en otras dos nos acercamos peligrosamente a los límites de la seguridad. En todos los casos existe una intervención directa del ser humano.


La lección de este gráfico es triple: (1) la sostenibilidad del planeta se juega en un campo complejo y diverso, que va más allá del cambio climático pero que está muy ligado a éste; (2) no es posible hacer una única cosa: nuestras acciones (u omisiones) en un ámbito tienen implicaciones en otros, y estamos obligados a considerar el conjunto del sistema; y (3) no es posible hablar de desarrollo (seguridad alimentaria, servicios esenciales, migraciones, economía internacional, etc., etc.) en ausencia de estas restricciones, que alteran por completo el equilibrio de riesgos y oportunidades en el que nos hemos desenvuelto hasta ahora.

(Y aquí, gentileza de mi colega Kate Raworth, un vídeo del bueno del Prof. Rockstrom presentando su tesis de forma clara y contundente.)

domingo, 4 de abril de 2010

"Enterrad las cadenas": El nacimiento del activismo moderno

Terminé hace unos días el espléndido volumen de Adam Hochschild sobre la campaña que puso fin a la esclavitud en Inglaterra a principios del siglo XIX: Enterrad las cadenas: la lucha de los británicos por abolir la esclavitud (en la edición española tiene el desafortunado subtítulo de Profetas y rebeldes por la liberación de los esclavos).

Una lectura absolutamente recomendable.

Hoschchild me fascinó en su momento con su historia del Congo colonial (El fantasma del Rey Leopoldo), un libro soberbio (con un estupendo documental) que logró remover la conciencia histórica de los belgas y que tampoco deberían dejar de leer. Pero Enterrad las cadenas es algo más que un buen libro de historia escrito con el más cautivador lenguaje periodístico. Se trata de un relato informado y conmovedor de la primera gran campaña por la justicia global. Por sus páginas desfilan clérigos y creyentes visionarios como Thomas Clarkson y Granville Sharp; esclavos manumitidos que transforman a la opinión pública con sus escritos, como Olaudah Equiano; parlamentarios reformistas que hicieron de esta causa la lucha de una vida, como William Wilberforce; o guerrilleros legendarios como Toussiant L'Ouverture, que lideró en Haití la revuelta de esclavos más importante de su época, derrotando a ingleses y franceses e inflamando a las comunidades de esclavos del Caribe.

En una lucha que se prolongó durante casi cincuenta años, el movimiento anti-esclavista convocó los mejores sentimientos de una sociedad impresionada por las revoluciones francesa y americana, y utilizó por primera vez las herramientas de campaña que hoy nos resultan tan familiares: las cartas a los periódicos, las entrevistas con los representantes políticos, los boicots al azúcar de las plantaciones esclavistas o los informes que ilustraron con historias y datos los hechos que se pretenden denunciar. Por encima de todo, relata el empeño de un puñado de activistas por transformar una realidad que en aquel momento era aceptada por la inmensa mayoría de sus sociedades.

El fin absoluto de la esclavitud no llegaría hasta un siglo después, y en muchos países aún resulta papel mojado. Pero Sharp, Clarkson y otros como ellos fueron parte de la mecha que prendió más adelante campañas por el sufragio de las mujeres o el fin de la segregación racial. Me pregunto en qué causas perdidas se comprometerían ahora.

Enterrad las cadenas está publicado en castellano por Ediciones Península.

Aquí encontraréis una entrevista con el autor a propósito del libro.

sábado, 3 de abril de 2010

Apadrina a un actor de vanguardia

Me llega por varios sitios este vídeo extraordinario. Ya era hora de que África devolviese tanto como se le ha dado.


Al parecer nadie sabe de dónde ha salido, y lo mejor es que se anuncian nuevos episodios.

[¿Alguien sabría cómo introducir subtítulos en castellano? Merece la pena ser traducido cuanto antes.]