La vieja batalla entre las 'verdades aceptadas' [conventional wisdom] y sus detractores no es lo que solía ser. Cuando el economista progresista John Kenneth Galbraith comenzó a utilizar este término en los años 50 sus objetivos no eran solo las opiniones erróneas ampliamente asumidas, sino aquellas que eran el resultado de la inercia y la conveniencia. Las 'verdades aceptadas', pensaba Galbraith, alimentan la complacencia. Nos permitían "evitar esfuerzos incómodos o inoportunas variaciones en nuestras vidas", escribió en la La sociedad opulenta.El resto de esta pieza breve de Stephen Sestanovich -así como la de otros once autores que cuestionan esas 'verdades aceptadas'- esta disponible aquí, en un reportaje especial de Foreign Policy para su 40 aniversario. No está de más recordar ahora el espíritu combativo de Galbraith, que inspiró en cierto modo la creación de esta revista (combativa dentro un orden; no vayan a pensar que esto es Rebelión).
[Si tienen tiempo, interés y ánimo, les recomiendo la biografía de Galbraith que escribió Richard Parker. Es una delicia recorrer de la mano de este provocador la historia y la economía del siglo XX. El resumen del libro y otros muchos materiales audiovisuales están disponibles aquí.]
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