[Disculpas por adelantado a los lectores no interesados en la política española. No les culpo.]
- A estas alturas de la legislatura podemos esperar pocas novedades sustanciales en las políticas de desarrollo. A menos que se produjese un sorprendente cambio en la Secretaría de Estado del ramo, lo previsible es que la Ministra Jiménez haga poco por detener el deterioro galopante de las instituciones y los presupuestos de cooperación internacional. Continúa la desbandada de cargos y cabezas.
- Es posible, sin embargo, que las afinidades geográficas del ministerio se vean alteradas. Moratinos no solo se hizo famoso por sus querencias con Oriente Próximo y África, sino también por no haber hecho un solo viaje a América Latina fuera de las cumbres iberoamericanas. Jiménez, como María Dolores Pradera, tiene a América en el corazón.
- Pajín fue una buena Secretaria de Estado de Cooperación, que comprende y apoya la importancia de este asunto. Sólo cabe esperar que utilice su influencia en el Consejo de Ministros, aunque sea a distancia.
- Rubalcaba, el nuevo hombre fuerte, no solo es el látigo de ETA, sino también de los inmigrantes indocumentados. Mucho me temo que la reputación de Valeriano Gómez como un potencial contrapeso a la cabalgadura libre de Economía no alcance a las políticas de inmigración, parte de las cuáles corresponden a su cartera. Con un desempleo disparado, las elecciones locales por medio y la oposición soltándose la melena, lo mejor que podemos esperar en este ámbito es no parecernos tanto a Berlusconi. Los tiempos en los que Zapatero y Caldera abrieron la puerta a un debate sensato (y europeo) sobre el futuro régimen migratorio son parte de un pasado cada vez más borroso.
- Se me saltaron ayer los lagrimones cuando supe que Elena Espinosa dejaba el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. El modo en el que esta buena mujer se ha plegado a los peores privilegios continuistas de la elite agraria española pasará al Museo de las Políticas Fallidas. En el camino, claro, se han quedado los compromisos de España con el medio ambiente y con la agricultura familiar. Para quienes nos hemos lamentado cada día de la derrota política de Cristina Narbona, la entrada de Rosa Aguilar supone una esperanza... ¿o no? Personalmente, me gusta tanto como a cualquiera, y entiendo el golpe de efecto que supone tenerla en el Gobierno. Pero no conocemos sus intenciones en este ámbito, así que tiene poco tiempo para demostrar que este ministerio es algo más que el Club de Fumadores de los sindicatos agrarios. Nos jugamos demasiado en las negociaciones post-Kyoto, por poner un solo ejemplo.
- El hecho, amiguitos, es que éste es el conjunto de individuos más sólido que ha poblado el Consejo de Ministros desde 2004. Uno no puede evitar pensar cuántos disgustos nos hubiésemos ahorrado si este plantel hubiese llegado antes. La presencia de Gómez, Pajín, Aguilar y Jaúregui (soy fan) augura un Gobierno más equilibrado ideológicamente que el anterior en materia de políticas sociales y lucha contra la pobreza. La mala noticia es que el Presidente sigue siendo el mismo, pero incluso él puede cambiar. Fíjense si no en Aznar, que ahora es verde.
Creo que Pajín, como la mayoría, es una lameculos que ha llegado a su cargo, no por su valía, sino por saber a quién arrimarse. Desde ayuntamientos, hasta los más altos cargos del estado, la mayoría de políticos son una pandilla de inútiles. Empiezan pegando carteles, siguen lamiendo culos, y acaban en la ejecutiva del partido. Buuuff ! Hoy en día en España prácticamente no existe la política. Eso era cosa del pasado.
ResponderEliminarYa... No estoy muy de acuerdo, la verdad. No es que tenga una gran opinión de nuestra clase política, pero he visto a demasiados servidores públicos honrados y competentes como para ver las cosas con más matices.
ResponderEliminarDesde luego, no estoy de acuerdo en lo que toca a Leire Pajín. Es (demasiado?) joven y su paso por un cargo tan poco agradecido como una secretaría de organización ayuda poco a popularizar una carrera política, pero yo la recordaré como la mejor Secretaria de Estado de Cooperación que hemos tenido (seguida por Fernando Villalonga en la época del PP). Todo antes y después de ella ha sido peor.
Gracias por tu comentario y un saludo.