Mi compañero Duncan Green incluía ayer en su blog una interesante entrada titulada ¿Por qué nos condenarán las futuras generaciones?, a propósito de un artículo publicado por el filósofo ghanés Kwame A. Appiah en The Washington Post.
La entrada y el artículo son una reflexión sobre el modo en el que evoluciona la concepción de lo moral y lo aceptable en nuestras sociedades: ¿qué derechos y conquistas sociales nos parecen hoy naturales, pero resultaron inconcebibles en algún momento de la historia? Ya les he hablado en alguna ocasión del modo en el que la esclavitud resultaba perfectamente aceptable para nueve de cada diez británicos a finales del siglo XVIII. Lo mismo se puede decir de las palizas continuadas a mujeres, la segregación racial o la injerencia de las Iglesias en los Estados (esto último, ay, aún sigue calando en parte de nuestras sociedades). Cualquiera de estas batallas por la justicia constituye una historia fascinante, en la que la lenta transformación social alcanza en algún momento la cima para desarrollarse de forma súbita y en poco tiempo (el concepto del tipping-point que popularizó Malcolm Gladwell hace unos años)
Appiah menciona cuatro candidatos firmes para el bochorno de futuras generaciones: nuestro sistema penitenciario; la producción industrial de carne; el aislamiento de los mayores; y la degradación medioambiental.
Yo les propongo un quinto, del que Appiah ha hablado en otras ocasiones: el régimen migratorio global. Tengo la certeza de que dentro de cien años veremos las restricciones de la inmigración laboral como un anacronismo equiparable a la esclavitud o a la restricción del sufragio universal y nos espantaremos del día en que la nacionalidad de una persona podía justificar su reducción a una ciudadanía de tercera clase.
[El artículo está escrito a propósito del nuevo libro de Appiah: The Honor Code: How Moral Revolutions Happen. Sospecho que será una lectura interesante para activistas con insomnio.]
Que interesante esta última entrada del blog y en especial, el quinto candidato que sin lugar a dudas me toca de manera directa como colombiano viviendo en España.
ResponderEliminarEs absolutamente desalentador ver todas las restricciones que nos ponen a los inmigrantes para que, de algún modo, podamos tener las mismas posibilidades que los nacionales. Años de espera, sin número de documentos que aportar y contar con la suerte de tener una aprobación.
Pero a la vez, es alentador ver como se hace reflexión sobre el tema. Por ello, por mi y por los demás, gracias.
Gracias por tu comentario, Samuel. Sólo espero que vivamos otros 100 años para ver los cambios.
ResponderEliminarUn saludo.
La historia está llenas de episodios lamentables. Y seguro que los que recoges estarán entre las páginas más negras de la historia. Pero la que para mí sigue siendo la gran candidata a figurar como LA infamia del siglo XXI son el hambre y la pobreza. Seguramente muy relacionado con las mencionadas, pero sin duda de dimensiones equivalentes a la esclavitud que mencionas, la inquisición o los totalitarismos genocidas.
ResponderEliminarLamentablemente, el hambre, la pobreza y la ausencia de condiciones de vida digna de la mayoría de la población mundial, son un contínuo en la historia de la humanidad que a día de hoy seguimos siendo incapaces de erradicar. Como muy bien dices,Jaht, se relacionan directamente hoy con el régimen migratorio internacional y éste ha sido minuciosamente establecido por los estados dedicando grandes presupuestos, esto es una locura. Si se estableciese una sistema libre de fronteras, no sólo dotaría de dignidad a millones de personas en el mundo sino que revertiría en los estados en forma de beneficios económicos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Gonzalo por tu lucided.
yo quiero anadir otra: el maltrato a los homosexuales, que el autor en su articulo dice es cosa del pasado, pero en realidad sigue siendo algo muy actual...y sobre todo en Africa y en particular en Ghana...donde yo vivo...yo como homosexual que soy no puedo comprender cual es el problema que podemos plantear a nadie.....la manera en que la gente piensa de nosotros,y sobre todo en Africa, hace que puedeas hundirte en enormes depresiones, no entiendo el que se nos niegue una vida digna, no puedo entender que alguien me meta en la carcel por amar (y casi siempre ese alguien sera algun tipo corrupto ademas que va predicando sobre moralidad)...no entiendo que en ese articulo se hable del mal trato a los pollos como algo mas importante que el maltrato fisico/psicologico y moral a gente como yo...que somos como somos, y asi nos ha creado Dios....o quien sea
ResponderEliminarsaludos
Carlos